OPINIÓN

Atacama . El nombre que estamos perdiendo ( por Hugo Latorre Piazzoli )

 

No cabe la menor duda que estamos viviendo en un mundo de “marcas”. Desde pequeños emprendedores, pasando por las empresas, ciudades , regiones y hasta países ponen todo su esfuerzo y recursos para lograr que sus nombres sobresalgan en un ciberespacio cada vez más lleno de información.

En este sentido en las últimas dos décadas Chile ha realizado un gran trabajo, posicionándose internacionalmente como una “Marca-País” reconocida por sus encantos turísticos y polo de atracción para exportaciones e inversiones externas; pero lamentablemente Atacama como “Marca-Región” no se ha empinado siquiera para participar en un mundo donde el ingreso exige primero una identificación .

Pero hagamos un poco de historia ; como región heredamos el nombre de un pueblo milenario, el atacameño, cuyo corazón siempre se encontró en el gran despoblado de Atacama, que rozaba al sur con nuestro valle. Por eso en 1843, por ser la puerta norte del país, se nos bautizó como la “Provincia de Atacama”,  incubando el orgullo por una tierra  hermosa, rica, donde los españoles fundaron Chile .

Luego de la Guerra del Pacífico, el nombre de la provincia lentamente comenzó a perder figuración porque  Chile tomó posesión de nuevos territorios y  dejamos de ser la frontera norte. Luego ingresamos a un siglo XX donde los grandes y ricos yacimientos de plata cedieron su reinado a las salitreras ubicadas en el “Desierto de Atacama”. Pero este inhóspito e inmenso territorio que se sumaba al país también traía consigo al gran “Salar de Atacama” y a “San Pedro de Atacama”, localidad que luego alcanzó gran renombre mundial por los estudios arqueológicos realizados desde 1955  por el sacerdote belga Gustavo Le Peige y posteriormente también se transformó en un atractivo centro turístico.

Así hasta 1974 la marca Atacama,  como Provincia, ya estaba postergada y se presentaba debilitada frente a tres colosos que se potenciaban bajo este nombre, El Desierto , El Salar y San Pedro. Y fue justamente ese año cuando ocurre el proceso de la Regionalización , convirtiendo a la Provincia de Atacama en la Tercera Región. Un golpe durísimo que vino a afectar mas aun los cimientos de la “Marca – Región”, al dejar en el trasfondo el nombre propio que nos había identificado , y vino a romper una relación fundamental en el mundo actual que permite  construir una identidad competitiva .

Lamentablemente hasta hoy poco se ha hecho para recuperar y potenciar nuestro nombre, pero lo más grave, no ha existido siquiera consciencia que lo hemos ido perdiendo . Mas aun, hemos caído en el error de llamar simplemente “Atacama” a nuestra Región ,  cuando debemos ser precisos en capitalizar la “Región de Atacama”. Y si bien la iniciativa de construir y posicionar la marca con inteligencia y liderazgo corresponde a las autoridades,  es preciso entender que esto también es un compromiso colectivo y todos se deben sumar.

Una  marca es un gran activo , símbolo de lo que somos y bien potenciada abre más y mejores oportunidades para todos, por lo mismo urge liderar cambios fuertes en este aspecto y  generar estrategias con un equipo realmente especializado  y luego ejecutar y mantener en el tiempo las acciones que permitan impactar positivamente las percepciones en torno a la Región de Atacama, y por ningún motivo pretender que esto quede en mano de aprendices, personas y/o instituciones que persigan intereses propios.

De no emprender acciones pronto, Atacama se ubicará cada vez más lejos de nuestra tierra.

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