Caval: Dávalos aseguró que supo de los negocios de su esposa «por la prensa»

“De muchos de ellos me he enterado por lo publicado en prensa durante este año 2015, por ejemplo los negocios con Saydex o la decisión de adquirir los predios en Machalí», señaló en su segunda declaración.

El pasado 14 de agosto, el hijo de la Presidenta Michelle Bachelet, Sebastián Dávalos, prestó su segunda declaración por el caso Caval y aseguró que nunca supo de los negocios de su esposa, Natalia Compagnon, y que sólo se enteró de éstos «por la prensa».

 

De acuerdo a lo publicado este miércoles por el diario electrónico «El Líbero», el ex Director Sociocultural de La Moneda aseguró que de “muchos de ellos me he enterado por lo publicado en prensa durante este año 2015, por ejemplo los negocios que lideró Valero con Saydex o la decisión de adquirir los predios en Machalí».

 

Asimismo, dijo ignorar «cuál fue la ganancia efectiva para Caval y para mi cónyuge. Yo no administro su patrimonio. Ella es muy reservada en sus relaciones comerciales y en sus propios negocios y yo no le pregunto y tampoco me interesa».

 

En ese sentido, aseguró que jamás tuvo participación en el negocio de los terrenos de Machalí y que se le ha involucrado «de manera intencionada con la única finalidad de denostar mi honra e involucrar políticamente a la Presidenta de la República. Lamento profundamente que se insista en ese tipo de argumentaciones que carecen de todo fundamento».

 

También insistió en que su única participación fue «haber asistido a una reunión con Andrónico Luksic, a quien no conocía personalmente».

 

Direcon y negocios con Vial Concha

 

El hijo de la Mandataria reiteró ante el fiscal Toledo que en el primer semestre de 2012, mientras trabajaba en la Direcon, hizo asesorías paralelas pagadas para el empresario Gonzalo Vial Concha en unos proyectos de museo y una fundación de hipoterapia.

 

Al respecto, Dávalos afirmó que «en ninguno de esos trabajos yo tenía impedimento legal ni reglamentario para realizarlos conforme al artículo 68 de la Ley de Probidad, la que me permitía ejercer labores anexas a la función pública que desarrollaba en la medida en que no ocupe recursos públicos, no se refieran a las propias labores del servicio en que me desempeñaba».

 

Asimismo, precisó en su nueva declaración que “si bien colaboré en esos proyectos ambos fueron desechados por el cliente, no se verificaron en definitiva y por cada uno de ellos emití la respectiva boleta de honorarios a la empresa Caval».

 

 

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