OPINIÓN

“Certeza y estabilidad” Por Elías Ubeda Greig, psicólogo Clínico y Forense

La incertidumbre es una sensación profundamente dañina. Durante la infancia los niños y niñas necesitan estabilidad y certeza en el vinculo y relación con los padres, cuando crecen va aumentando su autonomía, si embargo el aparato mental necesita contar con la certeza de que dichos padres estarán presentes y serán capaces de contenerlos, amarlos y entregarles el apoyo que requieren para su desarrollo. Más adelante, en la juventud, usted ha necesitado establecer relaciones de confianza, construir amistad. Saber que puede contar con alguien para confiar sus inquietudes personales más íntimas sin que este interlocutor quiebre la lealtad; que no cuente a otros sus secretos, que no lo juzgue, que esa amistad pueda mantenerse pese a los conflictos y las distancias.

En el amor, necesitamos alguien con quien contenernos emocionalmente, apoyarnos, poder establecer relativas certezas en la construcción de un amor que ya no es incondicional, como en el caso del amor recibido de los padres, pero que permite algo tan básico y necesario como ser uno mismo, sin complejos ni vergüenzas.

Del mismo modo, las sociedades necesitan certezas y estabilidad. Una sociedad con autoridades emocionalmente estables, que sean capaces de tener una visión amplia de las cosas, visión de futuro, y que puedan dar estabilidad a la proyección de una planificación de desarrollo social. Para eso, cosa mínima es que puedan permanecer en sus cargos.

En los ciclos sociales y laborales nos encontramos con nuevas jefaturas que intentan inventar la rueda o la pólvora, que de modo ansioso tratan de borrar todo lo construido con anterioridad, que dicen ser los generadores de una revolución productiva. Pero imprimen incertidumbre, angustia, estresan a sus equipos; sin darse cuenta de que son ellos los que evidencian su inexperiencia, excesivo deseo por sobresalir, y una conducta pueril, que nos hace extrañar palabras como: sabiduría, respeto o liderazgo.

Aunque sean mayores o jóvenes, se necesita de ellos una actitud de calma, la prudencia, el respeto, la integración, que estimulen la participación, fomenten del sentido de pertenencia y la consideración del ser humano en sus cualidades y complejidad. La producción y el desarrollo no existen sin el ser humano y su felicidad.

Una vez conseguidas estas autoridades o jefaturas, es importante darles a ellos(as) también, estabilidad, respaldo, certezas y continuidad, para hacer de verdad las cosas bien, y para que puedan cumplir un plan de trabajo de mediano y largo plazo. Certeza y estabilidad para pensar bien, decir bien y hacer el bien común.

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba