Certezas y dudas del astrofísico que colaboró desde Chile en hallazgo de Próxima b

Astrónomo de la Universidad de Chile e investigador del Centro de Astrofísica y Tecnologías Afines (Cata) se refiere a las posibilidades que abre el descubrimiento del planeta habitable más cercano a la Tierra. «Es un descubrimiento muy importante que la gente valora mucho. Por nuestra parte, nosotros llevamos más de 20 años buscando este tipo de planetas habitables. Próxima b es el primer exoplaneta en la historia que está lo suficientemente cerca de una estrella con estas características y genera la posibilidad de tener agua en estado líquido en su superficie», dice.

Desde un pliegue montañoso en el norte de Chile todo el planeta Tierra ha sido testigo del principal hallazgo de la historia de la astrofísica. El descubrimiento del exoplaneta Próxima b, que orbita una zona habitable de la estrella más cercana que tenemos, sólo podría ser superado por el eventual hallazgo de vida en su superficie. Cualquier tipo de vida.

La revista Nature acaba de publicar la investigación de los científicos del Observatorio Espacial Austral (ESO), liderados por el español Guillem Anglada-Escudé. El aporte desde Chile, contó con la participación del astrónomo de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile, James Jenkins.

El astrofísico está extasiado con el hallazgo, pero también cauto ante cualquier comentario que supere el avance teórico que acredita la existencia de un planeta en torno a esta estrella roja ubicada a 4,2 años luz. Un vecino que sigue estando lejos. «Es un descubrimiento muy importante que la gente valora mucho. Por nuestra parte, nosotros llevamos más de 20 años buscando este tipo de planetas habitables. Próxima b es el primer exoplaneta en la historia que está lo suficientemente cerca de una estrella con estas características y genera la posibilidad de tener agua en estado líquido en su superficie», reitera sobre la publicación.

Próxima b tiene una masa que sería 1.3 veces mayor a la de la Tierra, su órbita alrededor de Próxima Centauri es 11 días lo que generaría una zona habitable más que probable. «Teóricamente», reitera también Jenkins ante el entusiasmo generalizado.

«Solo podemos referirnos a los datos que tenemos, no sabemos mucho más sobre su atmósfera por ahora, pero eso es una segunda etapa en la que se comenzará a trabajar. En lo personal, aclaro que si no logramos acreditar una atmósfera tampoco podremos confirmar la presencia de bacterias ni nada, pero sus características son tan similares a las de la Tierra que podríamos encontrar, dado su relieve de masa y piedra más una atmósfera delgada, algo de vida. Quizás mucha vida», dice siempre cauteloso.

Es la misma búsqueda que se está haciendo en lugares más próximos como Marte, pero con la diferencia de que un sol cercano como el de Próxima b generaría dos ambientes: uno muy caluroso y otro más frío que podría oscilar esas y temperaturas entre los 40 grados y los cero grados, en caso de haber una atmósfera que equilibre otras diferencias más abrasadoras y congelantes inhóspitas. «Nuestra idea es que en caso de hallar vida se trate un tipo dominante como bacterias u otras microscópicas. Después de eso… no sé, no tengo idea», se excusa ante las preguntas más sensacionalistas que ancladas en la realidad.

«Como científicos no podemos avalar propuestas que con el tiempo se puedan desinflar y decir que un planeta tiene vida a priori. Una de nuestras misiones obvias es informar a la población sobre estos hallazgos pero siempre avalados por los hechos, los datos. Es claro que sí, habrá gente que deseará creer que hay vida fuera de nuestro planeta y el impacto de esto es muy grande, entonces es fácil que se desprendan ideas de todo tipo. Me gusta el tener claro que el planeta Próxima b existe, que está ubicado en una zona habitable y que hay más de una probabilidad de que se trate de un planeta que podría tener exovida», dice el investigador.

-También se celebra la cercanía de este vecino. Solamente 4,2 años luz.
-Claro, es un vecino muy cercano. Pero es un vecino relativo para lo que son las distancias en el Universo. Para la humanidad es lejos aún porque 4,2 años luz es una increíblemente amplia distancia si consideras que la luz del sol tarda 8 minutos en llegar a nosotros y que, a esa misma distancia y velocidad, llegar a Próxima b son 4 años de viaje… es algo difícil incluso de concebir, pero ya hay ideas. El proyecto Starshoot desea enviar micronaves de bajo costo y que usarán la luz del láser para llegar a Alfa Centauri en, digamos, 20 años. Si esto lo llevamos a avances en la vida de una persona, es una posibilidad remota de lograr, al menos imágenes de esta locación. Pero sigue siendo un sueño.

-El proyecto Starshoot propone ese viaje de 20 años, en el caso de que esa tecnología esté lista para lo cual se cuenta solo con 100 millones de dólares y un plazo estimado de otros 20 años. El sueño se hace más lejano.
-Sí, es cierto. Pero sería increíble poder enviar tecnología a otra estrella. Desgraciadamente es tecnología que aún no existe, pero en mi mente está la certeza de que con recursos y con el trabajo conjunto de mucha gente puede lograrse este tipo de gigantescos avances. Desde hace 4 décadas la empresa del Voyager, en busca de inteligencia en el Universo, sigue en pie, continúa siendo algo romántico para todos nosotros, para ti, para mí. Es una tecnología muy distinta a la que contamos hoy y que utiliza las mismas leyes de Newton y reacciones físicas, pero sigue siendo insuficiente.

«Sólo se nos ocurre pensar en la serie «Viaje a las Estrellas» en donde la respuesta era cambiar el espacio y no sólo depender de la tecnología de un vehículo espacial. ¿Recuerdas que se podía alterar el entorno alrededor de la nave Enterprise lo que te permitía viajar distancias escalares?, pero si llevamos a la reflexión ese tipo de propuestas, lamentablemente la cantidad de energía que se requeriría para eso es mucha», dice.

-Ya que menciona «Viaje a las estrellas», ¿recuerda las implicaciones morales y físicas del contacto con otras formas de vida inteligente que proponía ese discurso?
-Es una pregunta interesante. Aún hay científicos que creen que somos la única especie inteligente en el Universo. Es difícil pensar eso si el 70% de las estrellas que pueden verse a simple vista tienen características como las de Próxima Centauri. Si pasa un día que encontramos vida en otro planeta, el que sea, sería algo que podría cambiar todo lo conocido en la historia de la humanidad porque afectaría a cada persona del mundo, cada forma de pensamiento.

Entonces espero que ese día pase, sin embargo no se si sea algo que pase en los años de vida que me quedan. I mean, no sé cuando va a pasar, si siquiera podremos existir, pero de serlo, la única certeza es que de esto vamos a aprender más de la humanidad nuestra. Si hacemos ese contacto, vamos a descifrar más cosas sobre la propia forma en que vivimos y de cómo podemos interactuar con nosotros mismos los humanos. Ese día sería increíble.

-A un nivel personal, mental, emotivo, ¿qué le provoca esta incertidumbre a un astrofísico?

-Soy optimista al pensar que probablemente en lo que uno vive, pueda determinarse si existe o existió alguna forma de vida microscópica en Marte. O por lo menos, químicos en otros planetas fuera del Sistema Solar que den cuenta de condiciones que permitan la vida como en el caso de Próxima Centauri, pero es difícil entender si hay vida avanzada fuera.

«Si existe un sistema de radio también, otra forma rudimentaria de comunicación pero que se topa con unas ondas de radio naturales que son conocidas como background y que hacen ruido encima de cualquier otra manifestación de este tipo. Por otro lado, la «burbuja» audible alrededor del sol es de unos 100 años».

Y añade que «hay muchos factores para considerar antes de contestar a una idea de una eventual respuesta a lo que hay que sumar otras convenciones como la evolución de las formas de vida, que según Darwin también deberían regirse por la selección natural. ¿Será una constante en el Universo?, ¿un fenómeno local únicamente?. Son preguntas terriblemente difíciles de responder y necesitamos más tiempo para contestarlas y así es la cosa no más. Aún somos jóvenes como planeta, como civilización mucho más en esta gran escala de las cosas. Sin embargo me considero un optimista.

-Como Carl Sagan, que tenía la certeza de no llegar a ver jamás el resultado de la búsqueda del astrobiólogo a la que dedicó su vida.
-Exacto. El dedicó su vida o solo a entender si hay vida fuera de la Tierra en su momento, con las limitaciones tecnológicas de entonces, con el radio de observación acotado de ese entonces y sin contar con las extraordinarias herramientas de hoy en día; también sentó las bases de la búsqueda que persiste hasta hoy. No pudo ver los exoplanetas que podemos investigar en la actualidad y se concentró en lo que se sabía del Sistema Solar, pero siempre mantuvo un poderoso interés en la investigación de Marte, por ejemplo. Estoy seguro de que para Carl Sagan, el día de ayer pudo ser el más emocionante y memorable, tal como para todos nosotros.

Fuente directa: www.lanacion.cl

 

 

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