OPINIÓN

«Comercio electrónico de medicamentos» Por Daniel Rojas (Director Química y Farmacia, U. San Sebastián)

En línea con el auge del comercio electrónico durante los últimos años, la semana pasada se publicó en el Diario Oficial el cambio al Código Sanitario impulsado por el Gobierno, que aprueba y regula el comercio electrónico de medicamentos en farmacias, droguerías, almacenes farmacéuticos, botiquines y depósitos autorizados.

En el contexto de la actual crisis sanitaria que atraviesa nuestro país, esta medida permitirá disminuir el flujo de pacientes en las farmacias, entregándoles como alternativa el despacho a sus domicilios de sus tratamientos.

Si consideramos que el 16% de los chilenos posee más de 60 años, y que son la principal población en riesgo de contagio de Covid-19, esta medida podría permitir una menor exposición de este grupo poblacional y con esto, disminuir su contagio. En este sentido, se aplauden las medidas implementadas que no sólo autorizan el comercio electrónico de medicamentos, sino que lo regulan considerando que previo a estos cambios, ya era posible adquirirlos en forma electrónica.

Sin embargo, preocupa que, dentro de los cambios realizados, no se refuerce el actuar del Químico Farmacéutico en el proceso de despacho, dejando este rol a plataformas digitales que, a pesar de estar disponibles desde hace bastante tiempo, no han logrado disminuir la automedicación y el uso irracional de los medicamentos.

El Químico Farmacéutico presente en las Farmacias Comunitarias tiene un rol fundamental en la farmacovigilancia y enseñanza a la población respecto al correcto uso de los medicamentos. La autorización formal del comercio electrónico probablemente se encontrará asociado a un aumento de la demanda por ellos, generando un potencial riesgo para la salud de las personas. A su vez, existe confusión en el despacho de psicotrópicos y estupefacientes, dejando a interpretación de cada profesional su comercialización electrónica.

Hoy es fundamental tener un equipo interdisciplinario integrado, donde desde el diagnóstico y prescripción, hasta el despacho de los medicamentos, se le entregue al paciente toda la información que requiere sobre su enfermedad y tratamiento, permitiendo su uso seguro y disminuyendo en forma importante los efectos adversos asociados.

Independiente que este cambio en el Código Sanitario avance correctamente hacia regular la farmacia del futuro, es necesario poder complementar estos cambios, estableciendo medidas de control que nos permitan prevenir eventuales intoxicaciones. Considerando lo incipiente aún del comercio electrónico, estamos a tiempo de poder optimizar los cambios realizados, considerando a los profesionales expertos en medicamentos.

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