OPINIÓN

Contratos bien estructurados ( José Luis López Blanco. ASL CORP )

La ejecución de proyectos mineros puede presentar diversos desafíos.

Entre ellos, se puede mencionar el cambio climático, protección y cuidado del medioambiente, relaciones con las comunidades locales, gran cantidad de permisos que debe obtenerse de la autoridad respectiva y, en esencia, dificultades en el entendimiento y el diálogo que existan entre las partes contratantes.

La ausencia de definiciones claras desde el inicio de las negociaciones, respecto de los temas mencionados, es causa de severos problemas.

Las partes deben ser capaces de analizar, al comienzo de cada proyecto, los diversos temas que deberán enfrentar y tener un diálogo muy franco y abierto entre ellas, para establecer un camino apropiado de negociaciones.

Se requiere, en estos casos, una mirada interdisciplinaria para resolver, tanto los temas de minería e ingeniería asociados a cada proyecto, como los temas legales, propios de un contrato, referidos a la determinación de los derechos y obligaciones de cada una de las partes, estableciendo la adecuada equivalencia y equilibrio entre ellas.

La norma jurídica aplicable señala que se produce este equilibrio entre las partes, cuando lo que una se obliga a dar o a hacer es equivalente a lo que, en forma recíproca, la otra parte se obliga, también, a dar o a hacer.

La percepción que una de las partes tenga, que se ha producido una ruptura del equilibrio contractual, durante la ejecución del contrato, es fuente inmediata de conflictos.

 

 

Adicionalmente, los cambios de propiedad que ocurran posteriormente en las partes contratantes, pueden ser causa de miradas y de interpretaciones distintas, que originen controversias.

En los últimos años, hemos sido testigos de la judicialización de proyectos, tanto mineros como energéticos; con problemas desde superposición de concesiones, temas medio ambientales y comunidades. A esto se suma, que una vez que comienzan las obras, también se da paso a una serie de contratos con la cadena de proveedores de las empresas; todas áreas que en algún momento pueden terminar en una controversia.

Para evitar que estos proyectos se extiendan en el tiempo, por temas exógenos – incrementando los costos de un modo muy severo – es importante que los contratantes cuenten con una asesoría profesional interdisciplinaria desde el inicio de la relación contractual.

Contar con un acompañamiento temprano, es lo que se está usando y hablando a nivel internacional. De esta forma, no sólo se disminuyen los plazos de ejecución, sino que, además, se evitan grandes pérdidas de tiempo y de recursos económicos.

La asesoría legal temprana, interdisciplinaria es claramente una inversión para las empresas y una instancia que agrega valor a los proyectos.

Los profesionales que asesoran en las negociaciones y que permiten evitar los conflictos, deben ser expertos en sus especialidades respectivas, tanto propiamente minera, como jurídica, y estar capacitados para conducir un diálogo eficiente entre las partes.

Esto no es menor, ya que no sólo afecta a los inversionistas que llevan adelante estos proyectos, sino que se hay que sumar el valor a las comunidades locales; al empleo y todo el encadenamiento productivo que se suscita en torno a ellos.

La resolución temprana de cualquier controversia entre empresas, comunidades o entidades es la mejor herramienta para reducir los tiempos y sacar adelante los proyectos.

 

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