“COPIAPÓ, COPIAPÓ, la ciudad que quiero yo” por Alberto Calvo (Arquitecto)

Así sonaba un estribillo que se escuchaba en una radio local del ayer – Aniversario FM – dirigida por ese distinguido Comunicador y Señor Copiapino, Don Enrique Gallo Toledo.

Hoy más que nunca debemos querer este territorio tremendamente herido, pero demandante más que nunca de cariño y preocupación de todos los que vivimos en ella para su pronta recuperación.

Se ve un ánimo de cooperación en todos y cada uno de sus habitantes, incluidos los típicos personajes que vienen de otros lugares geográficos, a quienes nunca les interesamos en tiempos normales y hoy están más que ayudando, buscando una fuente de trabajo producto de la desgracia.

Este texto, estaba escrito y veo como no me equivocaba, cuando la prensa local indica como novedad la suscripción de convenios entre una Universidad Capitalina y una entidad del Gobierno Regional, para desarrollar viviendas, con apellidos para sorprender – ecosustentables – cuya materialidad es la Madera y en tres pisos, en Comunas en que la Termita ha liquidado en forma permanente y desde el ayer cualquier elemento de madera de una vivienda o ella misma en sí. Que no nos sorprendan con proposiciones irresponsables, aunque indiquen que pueden incorporarse preservantes u otro aditivo.

Nuestra Región, tiene en su seno todas las capacidades necesarias para salir adelante con los suyos, falta el conductor, pero tengo certeza que es posible encontrar en Atacama a todos los actores necesarios, darles las responsabilidades a asumir, advertirles de su necesario compromiso, formular una adecuada planificación y a trabajar para tener resultados a un plazo no lejano.

Veo que algunos empiezan a buscar culpables de lo ocurrido y lo cierto es que la naturaleza se expresó y nos mostró la necesidad de considerarla en nuestro actuar y en la adversidad, debemos visualizar esta oportunidad para proponer y actuar.

Toda planificación es lenta, es criticable, cuesta obtener consensos, muchos de los cuales tardan en conseguirse, según la profundidad y alcance de lo propuesto, por lo tanto, las inercias se rompen con la proposición de materializar Obras Notables para la población, que impliquen mejorías de la expresión física de los distintos espacios comunales.

Vivimos en la Capital Regional y por ello ya que el Rio Copiapó se manifestó, debemos considerarlo como una señal para que nos preocupemos de él, liberemos su cauce, mejoremos su caja tanto en sus bordes como en su piso, preparemos superficies elevadas o balcones, que sirvan para mirar la caja en la ausencia del torrente, acompañemos su curso, por ambas riberas con vialidad ordenadora, limitante y desarrolladora de sus bordes.

Hay recursos que vienen como compensación a las regiones por los recursos asignados al Transantiago y podemos destinar en breves plazos, valores existentes para obras visibles que nos mostraran caminos de esperanza, que tiendan a la Construcción de esta Atacama de siempre.

Las diversas autoridades dicen estar preocupadas por lo ocurrido y sus soluciones, pero basta de preocupación, es hora de ocuparse, de resolver, de proponer, de informar a la Comunidad de las distintas acciones que permitirán dar tranquilidad a la población.

Aparecerán las típicas críticas políticas, para ganar espacios, pero no es el momento de rencillas pequeñas y mezquinas. Antes de la crítica, bienvenidas son las proposiciones, fundamentadas, valoradas y con indicación de donde podrían obtenerse los recursos necesarios, para factibilizarlas.

No caben las ideas sin financiamiento claro, se requiere de mayor participación de los nuestros, de aquellos a quienes les duele la Región, basta de dejarse sorprender por aquellos que solo vienen a visitarnos hoy, porque existe un retribución material posible para su propio sustento o el de su Institución.

Hemos visto como muchas familias se rindieron y nos dejaron, justificando su partida producto de los daños del aluvión, pese a que la Región sigue siendo la fuente de sustento de cada uno de ellos, lo que demuestra que ellos están por conveniencia y lo que necesitamos son actores con convicción, que crean en nuestro territorio y que vean en esta situación de adversidad, la ocasión que la Región de Atacama requiere para dar el gran salto social y urbanístico que merece.

Por:   Alberto Calvo Montes – Arquitecto U. Chile.

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