OPINIÓN

«Crisis COVID-19 y la reflexión pendiente» Por Sofía Cid Versalovic (Diputada de la República)

Chile y el mundo se encuentran enfrentando la pandemia del COVID-19. Esta crisis mundial tendrá una serie de efectos en nuestra vida cotidiana y en el futuro próximo.

En primer lugar, el rol de la autoridad. Desde el 18 de octubre hemos presenciado una actitud poco prudente hacia toda forma de autoridad. En estos momentos, es necesario dejar el infantilismo de lado, y entender que para superar la situación de coronavirus debemos seguir las indicaciones e instrucciones de la autoridad. Esta crisis sanitaria ha dejado en evidencia una suerte de contradicción en varios sectores de la sociedad: los mismos que hace tan solo meses maltrataban a la autoridad, en especial a las Fuerzas de Orden y Seguridad y a las Fuerzas Armadas, ahora vociferan pidiendo medidas de restricción total a la libertad de desplazamiento y que se hagan cumplir por la fuerza pública.

Si no colaboramos con la autoridad legítimamente electa que ejerce sus facultades constitucionales y legales, estamos ayudando a aumentar el contagio. El mejor ejemplo es Italia, en donde los ciudadanos no cumplieron las indicaciones del gobierno en una primera etapa, y hoy son el país más golpeado proporcionalmente a su población.

En segundo lugar, la situación económica. Una gran preocupación son los efectos económicos sobre todo en materia de empleo y de ingresos para las familias. Las alarmas ya se han encendido en especial en torno a la clase media: todo indica que será uno de los sectores más golpeados por no poder trabajar o porque sus negocios y emprendimientos no podrán funcionar. Si a esto se le agrega la destrucción y costos de las jornadas de violencia que hemos vivido desde el 18 de octubre, el panorama podría terminar siendo el mayor retroceso en calidad de vida y movilidad social de Chile en el último siglo.

Las acciones tienen consecuencias, y tarde o temprano estas últimas se manifiestan. Para salir de esta crisis es necesario que como chilenos cambiemos de actitud profundamente, que seamos mucho más empáticos y colaborativos. En caso contrario, de mantener la actitud egoísta y de irracionalidad que hemos mostrado desde octubre de 2019, probablemente nos tome un largo periodo para salir de la crisis en que quedaremos, en parte autogenerada y en parte por caso fortuito.

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