INTERNACIONAL

Dos muertos y masivo rechazo ponen en jaque al gobierno de transición en Perú

«Merino, el pueblo te repudia», es parte de las consigna de peruanos, cuya crisis alcanzó su punto más tenso este sábado tras la muerte de dos jóvenes en medio de las multitudinarias protestas sociales.

La zozobra política en Perú alcanzó este sábado un punto álgido con una nueva y masiva movilización contra el Gobierno de transición de Manuel Merino, cuya dura represión dejó al menos dos muertos que abonan tanto el sólido rechazo a su figura como su cada vez mayor debilidad.

Decenas de miles de peruanos marcharon por calles y avenidas de todo el país en una movilización de rechazo espontánea, coordinada tan solo a través de redes sociales, sin líderes ni portavoces, muy diversa, mayoritariamente joven y con una dominante presencia femenina.

En Lima, la marcha desató duras escenas de violencia y represión que se saldaron con dos fallecidos, un joven de 25 años con una herida por arma de fuego en la cabeza y otro de 24 años con cuatro impactos de proyectiles de arma de fuego.

Merino, muy duramente criticado y expuesto como el ejemplo de la política que los peruanos quieren desterrar del país y por su pésima gestión de las protestas, tendrá que responder ahora ante una tragedia que sólo servirá para solidificar la masiva oposición en su contra.

Hasta ahora el presidente transitorio no se ha pronunciado por estas muertes, pero sí lo hizo su antecesor, Martín Vizcarra, quien lamentó los decesos y culpó directamente de ellas a «la represión de este gobierno ilegal e ilegítimo».

Aún sin los jóvenes fallecidos, y más allá de los números, esta marcha marca un hito en la vida política del país y ya hubiera supuesto una presión extra sobre Merino, que ha visto como algunos ministros ya han dimitido tras haber asumido el cargo hace dos días y cómo sus aliados en el Congreso que lo auparon a la presidencia comienzan a distanciarse de su Gobierno.

MAYOR FUERZA

La movilización fue, si cabe, mayor que la que el jueves último, y en Lima volvieron a verse las mismas imágenes de apoyo masivo a las protestas en la céntrica plaza San Martín, donde se congregaron más de 15.000 personas a las que añadir varios miles más que marcharon en otros lugares de la capital.

Tal y como en ocasiones anteriores, hubo graves disturbios en el entorno de la sede del Congreso de la República, protegido por varios círculos de policías, con disparos de perdigones y bombas lacrimógenas.

Uno de esos disparos fue el que causó la muerte del joven.

Además, hubo varios heridos, algunos de gravedad, según pudo verse en las transmisiones de televisión y a través de las redes sociales.

A falta de valorar aún el alcance de la represión, que la Defensoría del Pueblo calificó como «uso indebido de fuerza», todo parece indicar que las escenas vividas en el corazón de la capital peruana tendrán consecuencias para un Ejecutivo muy cuestionado por su manejo con mano dura e intransigente de esta situación.

El carácter descentralizado y acéfalo de la protesta dejó también marchas y concentraciones menores, pero también muy nutridas, en prácticamente todos los distritos de la capital, donde los incidentes brillaron por su ausencia.

En el quinto día consecutivo, que la movilización congregara a un número mayor de personas parece ir en contra de las previsiones del Gobierno, cuyos responsables estimaron que la gente «ya se cansaría» de protestar y que sin embargo acudió en masa pese a la amenaza de represión.

«CONSTITUCIONALIDAD»

Antes del inicio de las marchas, el nuevo presidente y su primer ministro Ántero Flores-Aráoz salieron a defender la «constitucionalidad» de su Gobierno de transición, que surgió tras un juicio político contra Vizcarra que contó con el apoyo de 105 de los 130 diputados del Congreso.

En su primera, y muy breve, aparición ante un medio de comunicación peruano Merino insistió en la tesis del Ejecutivo de no dar credibilidad a la movilización y no asumir los reclamos de la población.

Así, llegó a indicar que él prestaba «respaldo a la juventud» que protestaba, si bien interpretó de forma un tanto forzada que el clamor popular era por la situación económica y social causada por el covid-19.

Nada en la movilización de esta jornada permite sostener esa tesis, pues el principal reclamo ha sido la preocupación por la situación de la democracia en el país y subrayar la ilegitimidad del Gobierno de Merino.

«Merino, NO eres mi presidente», «Merino, el pueblo te repudia», «No me representas», «Merino usurpador» o, más crudamente, «Me orino en Merino» y «Fuera, mierda», han sido los lemas recurrentes de estos días que se repitieron en la jornada de hoy.

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