OPINIÓN

El día después ( por rodrigo Rojas Veas, Rector U. Santo Tomás Copiapó )

 

El mundo está conmovido por la pandemia del corona virus. Día a día, sabemos de cómo aumentan los casos de contagiados y, lo que es peor aún, del creciente número de víctimas fatales que se producen, particularmente en Italia y España. Creo que en los recuerdos de nadie hay alguna tragedia parecida a esta. Salvo por la ficción de películas que nos mostraban visiones apocalípticas del futuro de la humanidad. Hemos sufrido desde siempre los embates de la naturaleza, desastres provocados por terremotos, tsunamis, erupciones volcánicas, aluviones, inundaciones, tornados, huracanes. Asimismo, enfrentamos desde tiempos inmemoriales los efectos de las guerras con su reguero de muertes y destrucción. Pero, pese a todo lo dramático de las consecuencias de todos los hechos señalados, siento que nada se compara a la sensación de orfandad y desamparo que nos acompaña ante el avance implacable del COVID 19. Primero China, con las noticias que nos llegaban de un virus que se propagaba en sus ciudades y que cobraba vidas, pero todavía muy lejano. Luego Corea del Sur, posteriormente Italia, después España, Estados Unidos…pero todavía en otros continentes creyendo que estábamos demasiado lejos y que talvez los océanos serían la barrera de contención.

Sin darnos cuenta, la cotidianeidad a la que estábamos acostumbrados, se ha desvanecido. En menos de una semana, un microorganismo nos ha obligado a dejar de lado nuestras rutinas laborales, educacionales y sociales, forzando la aplicación de sistemas que han debido implementarse de forma inmediata para mantener la vitalidad de actividades tan necesarias como los son el trabajo y la educación. El teletrabajo reemplaza la presencialidad en el mundo laboral, mientras que la Educación a través de plataformas virtuales congrega a escolares y alumnos de la Educación superior para mantener funcionando las principales actividades de cualquier sociedad, y así mitigar la inevitable crisis económica y el impacto en el empleo que nos asolara.

Me pregunto, ¿Cómo será el mundo post corona virus?, ¿Cambiaremos sustancialmente? ¿Qué será de nosotros cuando hayamos superado esta prueba? Y lo único que me viene como respuesta es la incertidumbre acompañada de la esperanza de que pese a vivir un periodo de grandes dificultades, generaciones anteriores sufrieron mucho más y fueron capaces de superar los trances que enfrentaron.

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Un comentario

  1. Siempre es grato leer a Don Rodrigo Veas, rector de la UST, agradecido de ser tomasino bajo su administración.

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