OPINIÓN

El disfraz de la refundación ( Patricio Urquieta Garcia, ex Intendente Región de Atacama )

 

 

La izquierda constantemente dice “avanzamos”, y en nuestro escenario político tal expresión es un fraude intelectual. Pretenden instalar que los conceptos cambio y avance son sinónimos. Aún más, el cambio que ellos piden tiene una connotación positiva, y quien se oponga niega el problema y su interés en resolverlo. Desde luego la iniciativa de un cambio surge de una necesidad.  En este contexto, cambiar es alterar o modificar, y avanzar es progresar o evolucionar. Para la izquierda sus cambios siempre son una mejora, adelantando un prejuicio (triunfalista) sobre el resultado de su implementación, desconociendo que toda modificación debe ser gradual y evaluada. Gradual porque es reconocer las limitaciones propias de la naturaleza humana y permite evitar un error irreversible; y evaluada porque debe analizarse si se cumplió el objetivo o si fue un paso en falso que requiere dar marcha atrás. El dicho popular dice que es mejor ir lento pero seguro.

 

Cada cambio propuesto por la izquierda es un giro a la estatización del sistema y el control social, ambos enemigos de la libertad.  ¿Fueron una mejora los cambios en el sistema de selección en la educación escolar o en el sistema de elecciones de binominal a proporcional o las cuotas de paridad de género?, ¿fue una mejora el redistritaje y el aumento de parlamentarios o la instalación de los Gobernadores regionales? Es más, ¿fue costo 0 para la gente el aumento de parlamentarios? ¿las regiones están mejor representadas y gestionan mejor sus recursos y oportunidades? Podremos hablar luego del “cambio” hecho el 2014 por el Gobierno de la Presidenta Bachelet, al proyecto de nueva cárcel en Copiapó – terminado el 2012 –, que terminó por destruirlo y hoy contribuye al hacinamiento inminente de la población penal, que seguramente el Presidente Boric resolverá con indultos.

 

Ahora piden el cambio de Constitución con la inclusión acordada del Estado social y democrático de derecho, fruto de un acuerdo tomado por los parlamentarios y dirigentes de los partidos políticos que obtuvieron un escaso apoyo en el último proceso eleccionario. ¿Qué legitimidad tendría entonces dicho borde constitucional en este proceso?

 

El avance de la izquierda no ha significado una mejora, ni menos progreso social. Su caricatura de la entrega de derechos sociales, encubre su proyecto intervencionista que resta protagonismo a las personas. Su verdad es la ampliación de su ideología estatizadora permeando la estructura social y estatal. Un disfraz de la refundación a la que no renuncian, aún cuando Chile rechazó categóricamente su propuesta divisionista de nuestra sociedad. Una evidencia clara de su opción totalitaria, y que es el lobo con piel de oveja.

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