OPINIÓN

Entre un SI y un NO ( por Rodrigo Rojas Veas , rector Santo Tomás Copiapó)

 

El pasado 5 de octubre se conmemoraron y/o celebraron 30 años del plebiscito de 1988, proceso único en el mundo y que marcó un punto de inflexión en la vida de nuestro país. Por primera vez desde hace tiempo se observó un clima de alto interés en círculos políticos, gubernamentales y de la sociedad civil por organizar actividades y debatir sobre su significado, consecuencias y proyecciones. Aparece como algo compartido el que el trabajo en torno al plebiscito fue la última epopeya colectiva, la última tarea épica que movilizó a los chilenos.

 

Asimismo, el hecho de cumplirse 30 años hizo que esta fecha adquiriese una característica especial y concitase durante días la preocupación de los medios de comunicación y de las redes sociales pese a lo que persiste un alto desconocimiento, especialmente de las nuevas generaciones. Así lo demuestra una encuesta hecha por la Universidad de Talca, en la que más del 70% de los jóvenes señalaba no saber lo que se recuerda en esta fecha,

 

En el trafago del debate que se generó, quizás si lo más novedoso fue la preocupación del gobierno por conmemorar la fecha, suceso a mi juicio positivo pues demuestra el fortalecimiento y valoración del sistema democrático por parte de este sector, lo que resulta alentador visto desde el análisis histórico y como proyección cívica. Por su parte a la Oposición, dividida tiene desde hace tiempo, le propició una causa común de la que carecía.

 

De las reflexiones que se han hecho en torno a esta fecha las principales son a mi juicio el que el plebiscito marco definitivamente el devenir de Chile, marcando un antes y un después y dio origen a un periodo que se ha definido “como el mejor de nuestra historia republicana”. Las cifras apoyan esta afirmación en indicadores como disminución de la pobreza, crecimiento económico, ingreso per cápita, Asimismo, el aumento de las libertades civiles y la transformación cultural han tenido lugar en este mismo periodo de tiempo.

 

Mirando en retrospectiva, en el plebiscito los derrotados fueron los extremos. Hoy, en un intento de aprovechamiento, esos mismos o nuevos extremos intentaron resignificar el legado del no con nuevas interpretaciones.

 

Cualquiera podrá tener su opinión sobre lo que ha sucedido desde 1988 a la fecha. Cualquiera podrá criticar las insuficiencias de la Democracia, pero creo tal como Eduardo Galeano, en que viviendo en esta “Cada día mis pulmones agradecen el aire que respiran”.

 

 

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Un comentario

  1. Frente al desconocimiento de los jóvenes de la dictadura, le recuerdo el mismo esfuerzo de la política tradicional de generar una amnesia histórica. Por lo anterior, no es extraño ver como la historia del siglo xx es analizada en primero medio, mientras que la historia de Chile, el Chile del golpe militar y dictadura se pasa en 4° medio. La ignorancia de las masas paso a ser un buen negocio, tanto para izquierdas y derechas.

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