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Estudio registra daño en múltiples órganos en casos de «COVID largo»

Sano pero no recuperado. Un estudio indica que pacientes con síntomas continuos de COVID-19 muestran signos de daño en múltiples órganos cuatro meses después de la infección inicial.

 

Arritmias cardíacas, enfermedades autoinmunes, problemas pulmonares, cansancio: el tratamiento de estas enfermedades secundarias, después de contraer el coronavirus, puede resultar difícil, así como escuchar a los pacientes para lograr un buen diagnóstico. Ahora, los médicos se centran cada vez más en lo que han denominado «COVID prolongado«.

El ministro de Salud británico, Matt Hancock, ha llamado la atención al respecto. «Miles de personas en Gran Bretaña están sufriendo de «COVID prolongado«, dijo este lunes en una conferencia de prensa.

«Ya hemos visto el serio impacto que el COVID prolongado puede tener en la calidad de vida de las personas, incluso en los jóvenes y en forma, síntomas como fatiga y dificultad para respirar, dolor muscular y problemas neurológicos, mucho después de haber tenido el virus por primera vez«, dijo Hancock.

«Y sabemos que el COVID prolongado afecta a miles de personas, a varios miles de personas«, agregó, y dijo que Inglaterra tendría una red de 40 clínicas para tratar el COVID prolongado antes de fin de mes.

Estudio Coverscan:

Las declaraciones del ministro llegan en medio de los resultados del estudio Coverscan, el cual sugiere que personas jóvenes y previamente sanas con síntomas continuos de COVID-19 muestran signos de daño en múltiples órganos cuatro meses después de la infección inicial.

El estudio, que tiene como objetivo evaluar el impacto a largo plazo de COVID-19 en la salud de los órganos –a través de una combinación de resonancia magnética, análisis de sangre, mediciones físicas y cuestionarios en línea– monitoreó a alrededor de 500 individuos de «bajo riesgo» con síntomas de COVID-19 en curso.

Según reportó el diario británico The Guardian, los datos preliminares de los primeros 200 pacientes que se sometieron a exámenes de detección sugieren que casi el 70 % tiene deficiencias en uno o más órganos, incluidos el corazón, los pulmones, el hígado y el páncreas, cuatro meses después de su enfermedad inicial.

En algunos casos, pero no en todos, hubo una correlación entre los síntomas de las personas y el sitio del daño. Por ejemplo, las deficiencias cardíacas o pulmonares se correlacionaron con la dificultad para respirar, mientras que las deficiencias del hígado o del páncreas se asociaron con síntomas gastrointestinales.

Sin embargo, el estudio no prueba que las alteraciones en los órganos sean la causa de los síntomas continuos de las personas y los datos aún no han sido revisados por otros científicos.

Explicar la trayectoria de la enfermedad

«Apoya la idea de que hay una agresión a nivel de órganos y potencialmente a nivel de múltiples órganos, que es detectable y que podría ayudar a explicar al menos algunos de los síntomas y la trayectoria de la enfermedad«, dijo al diario británico Amitava Banerjee, cardióloga y profesora asociada de ciencia de datos clínicos en el University College de Londres.

Del mismo modo, Banerjee advirtió que ninguno de los pacientes fue escaneado antes de desarrollar COVID-19, por lo que algunos de ellos pueden haber tenido impedimentos existentes, aunque esto es poco probable dada su buena salud previa y su relativa juventud. La edad promedio de los participantes fue de 44 años.

Para comparar, se seguirán monitoreando y los investigadores también están estudiando a personas que no han tenido COVID-19 o que han experimentado otras infecciones virales como la gripe.

Según reportó The Guardianlos datos preliminares de un estudio separado de 58 pacientes que fueron hospitalizados con COVID-19 encontraron anormalidades similares en los pulmones del 60 %; en los riñones del 29 %; en los corazones del 26 %; y en los hígados del 10 % de los pacientes, dos o tres meses después de la infección inicial, así como cambios en los tejidos en partes del cerebro.

«Lo que claman todas las personas del mundo con COVID prolongado es que se las tome en serio y que se tenga una idea de lo que podría estar sucediendo a nivel de órganos, por lo que comenzar a reunir algún tipo de base de pruebas es absolutamente el camino que hay», dijo a The Guardian Danny Altmann, profesor de inmunología en el Imperial College de Londres.

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