Fallece diácono permanente Luis Díaz, de la diócesis de Copiapó

Su deceso se produce a consecuencia de accidente carretero.

Con profundo dolor pero con la esperanza en Cristo Resucitado, el Obispado de Copiapó informa a la comunidad que este lunes 23 de noviembre al mediodía partió a la Casa del Padre el diácono permanente Luis Díaz Herrera. Su fallecimiento se produce en Antofagasta, hasta donde fue trasladado a consecuencia de las diversas lesiones tras el accidente que sufrió junto al Obispo, un grupo de religiosas, sacerdotes y un laico, la madrugada del jueves 19, en el sector denominado Aguas Verdes.

 

Don Luis -«Clavito», como le decían- falleció rodeado del amor de su familia, su esposa Ruth y sus hijos, Jeannette y Cristian. Ellos están gestionando su traslado a la ciudad de Copiapó. Las misas de esta tarde en la diócesis serán ofrecidas por su eterno descanso. Los funerales de don Luis serán informados en la próximas horas.

 

Todos quienes conocieron a don Luis dan cuenta de su enorme calidad humana y su fiel testimonio de amor al Señor. Hombre de oración y con capacidad de diálogo, buen vecino y mejor padre de familia, destacado por su generosidad, su capacidad de trabajo, su permanente buena disposición y compromiso con la Iglesia diocesana.

 

Datos biográficos

Don Luis Alberto Díaz Herrera nació el 3 de noviembre de 1946 en La Calera, hijo de Agustín Díaz y Carmen Herrera. Recibió el sacramento del bautismo en dicha localidad en diciembre del mismo año. 

 

Por motivos de trabajo se trasladó a Potrerillos, donde conoció y se casó con una joven Ruth Díaz, en el año 1968. Con ella tuvieron dos hijos: Jeannette y Cristian.

 

Es al alero de la parroquia Nuestra Señora del Carmen de Potrerillos que don Luis comenzó a participar en la comunidad, en cuyo seno recibió la primera comunión en 1980 y el sacramento de la confirmación en 1983. Es aquí donde se comprometió en servicios como el ministerio extraordinario de la comunión, el ministerio de la Palabra, el consejo parroquial, la pastoral familiar, la catequesis, la CALI y la Escuela de Ministerios, por mencionar algunos.

 

Es parte del primer grupo de diáconos permanentes ordenado en la diócesis de Copiapó. Fue ordenado el 13 de noviembre de 1992 en la parroquia Nuestra Señora del Carmen de Potrerillos, en la diócesis de Copiapó siendo párroco el P. Manuel Roig y Obispo Monseñor Fernando Ariztía.

 

Desde hace años participó en la parroquia San Francisco de Copiapó, donde fue parte del consejo ejecutivo y parroquial, del consejo económico, coordinador de la pastoral familiar y representante del grupo de matrimonio, además de tener a cargo las capillas San José Obrero de Toledo, de San Pedro y Piedra Colgada. Del mismo modo, el entonces Obispo, Monseñor Gaspar Quintana, le confió el servicio de ser el coordinador diocesano del cuerpo diaconal.

 

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