Fetullah Gülen pide que comisión internacional investigue el golpe en Turquía

Mientras el predicador solicita una investigación independiente, el ministro de Justicia turco, Bekir Bozdag, presiona anunciando que la extradición de Gülen a Turquía es una decisión política de Estados Unidos.

El presunto instigador del fallido golpe de Estado del pasado 15 de julio en Turquía, el predicador islamista Fethullah Gülen, acusado por el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, rechazó su incriminación y pidió que una comisión internacional independiente investigue lo ocurrido.

«Pido que una comisión internacional independiente lleve a cabo investigaciones sobre este intento de golpe de Estado. Si una décima parte de las acusaciones dirigidas contra mí son establecidas, me comprometo a volver a Turquía y recibir la pena más dura», aseguró el clérigo en una tribuna que hoy publica el vespertino francés Le Monde.

Gülen señaló que «las probabilidades de obtener un proceso equitativo» en Turquía «son casi nulas» porque «desde octubre de 2014 el sistema judicial está bajo la tutela del poder». El predicador recordó que desde el primer momento condenó el golpe, que su movimiento, Hizmet, no aspira a llegar al poder y que siempre se ha opuesto a la intervención de los militares en la vida política del país.

El predicador afincado en Estados Unidos aseguró que si algunos seguidores de su movimiento estuvieron implicados en la asonada son «traidores» que «han dañado la unidad y la integridad del país» y «deben ser castigados a las penas que merecen en el marco de un proceso equitativo».

Complot en su contra

Fetullah Gülen acusó a Erdogan de haber aprovechado el intento de golpe de Estado para incrementar la represión de su movimiento, iniciada en 2013, y consideró sospechosa «la celeridad» con la que el presidente le designó como el instigador, «cuando todavía ningún detalle, ninguna motivación» habían sido aclaradas.

Acusó al presidente turco de llevar a cabo un «genocidio» contra los seguidores de su movimiento, cuyos bienes han sido confiscados, sus cuentas bancarias bloqueadas y sus pasaportes anulados, lo que constituye «un drama humanitario».

«Casi 90.000 personas han perdido su empleo, 21.000 profesores han visto como se les retiraba la autorización de enseñar», indicó.

Gülen, que recordó que en sus inicios sustentó al AKP de Erdogan pese a sus reservas con el islam político, señaló que el presidente ha acabado o domesticado a la prensa de oposición en Turquía, lo que ha permitido convencer a la población de que él está detrás del golpe.

Decisión política de EE.UU.

La extradición que pide Turquía del clérigo es en opinión del gobierno de Ankara una decisión política de Estados Unidos, dijo hoy el ministro de Justicia turco, Bekir Bozdag. «El proceso jurídico llevará a una conclusión, pero al final la decisión será una decisión política del Gobierno estadounidense», dijo Bozdag en Yozgat, en el centro de Anatolia.

Bozdag dijo que no puede existir ningún tipo de dudas sobre que Gülen es el responsable del intento de golpe de Estado del 15 de julio en Turquía. «Todo el mundo sabe quién es el autor. No extraditarlo significaría en este caso que naturalmente se coloca por delante la amistad con Fethullah Gülen a la amistad de Turquía».

JC (EFE, dpa)

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