Isla en formación ubicada en Japón podría convertirse en un “laboratorio natural”

Una nueva isla en formación en las costas de Japón ofrece a los científicos una oportunidad única de estudiar cómo la vida coloniza una tierra desierta, ayudada por medios biológicos como el excremento y el vómito de las aves.

Los investigadores afirman que los fluidos de los pájaros pueden ser el  ingrediente secreto de la madre naturaleza, para formar un hábitat en lo que  todavía es un volcán activo, que recién salió a la superficie en noviembre de  2013.

Este territorio es una porción de tierra ubicada a unos 1.000 kilómetros al  sur de Tokio, que ha crecido y superado el tamaño de su predecesora, la isla de  Nishinoshima. Ambas formaciones forman parte del archipiélago de Ogasawara.

La “Nueva Nishinoshima”, un territorio de 2,46 kilómetros cuadrados, según  los datos de febrero de la Guardia Costera Japonesa, es actualmente una roca  desnuda, formada casi exclusivamente de lava.

Sin embargo, los científicos afirman que un día estará lleno de vida  vegetal, e incluso animal, a medida que la naturaleza vaya colonizando este  “laboratorio natural”.

“Los biólogos nos estamos centrando en las nuevas islas porque podremos  observar el punto de partida del proceso evolutivo”, dijo Naoki Kachi, profesor  y jefe del Comité de Investigación Ogasawara, perteneciente a la Universidad  Metropolitana de Tokio.

Una vez que la actividad volcánica cese, “probablemente lo primero que pase  sea la llegada de plantas traídas por las corrientes marinas o adosadas a las  patas de las aves”, señaló.

Estos animales podrían usar la isla como un lugar de descanso o incluso  podrían establecerse allí.

Sus excrementos, juntos con sus plumas caídas, vómitos y los restos de sus  cuerpos cuando mueren, acaban por formar un sustrato rico para el suelo y para  las semillas que atrae el viento o que portan las mismas aves en sus sistemas  digestivos.

“Lo que más me interesa es el efecto de los pájaros en el ecosistema de las  plantas, cómo los desechos de su cuerpo se transforman en fertilizantes  orgánicos que enriquecen la vegetación”, dijo a la AFP Kachi.

La antigua Nishinoshima, que mide sólo 0,22 kilómetros cuadrados, albergaba  colonias de aves hasta que una erupción volcánica los ahuyentó.

Los científicos no saben cuándo dejará Nishinoshima de escupir lava, pero  su expansión puede verse afectada por la erosión.

Especies non gratas

Se espera que la isla siga el proceso que vivió Surtsey, una formación que  emergió en la costa de Islandia en 1963, a unos 30 km de la costa.

Allí, la Unesco tiene un laboratorio único, que es considerado ejemplar,  donde los científicos investigan cómo es la evolución de un hábitat.

“Desde que empezaron a estudiar la isla en 1964, los científicos han  observado la llegada de semillas traídas por las corrientes marinas, la  aparición de moho, bacterias y hongos, seguidos en 1965 de la primera planta”,  señala la Unesco en su página web.

Para 2004, ya había 60 plantas, además de 75 briofitas, 71 líquenes y 24  hongos. En la isla viven 89 especies de plantas, 57 de las cuales se reproducen  en Islandia. Además viven 335 especies de invertebrados.

Nada mal para un lugar que existe desde hace medio siglo.

Sin embargo, Nishinoshima puede no poblarse tan rápido como Surtsey, ya que  está lejos de la costa y no está tampoco cerca de las otras islas, lo que  limita la cantidad de pájaros y el número de especies que llegan.

Para Kachi, esto es como un lienzo en blanco.

“Me gustaría pedirle a cualquiera que vaya a la isla que preste mucha  atención para no llevar ninguna especie externa”, y puso como ejemplo la  rigurosa fumigación que realizó su equipo cuando se desplazó a otra isla  situada en este archipiélago en 2007.

Aunque actualmente Nishinoshima sólo es estudiada desde el aire, los  primeros equipos que lleguen a la isla deberán tomar precauciones similares.

“Los biólogos sabemos cómo funciona, pero probablemente los primeros  científicos que aterricen en la isla sean geólogos o vulcanólogos, que puedan  no estar familiarizados con estas cosas”, explicó.

“Yo voy a estar encantado de ofrecerles consejos a los científicos de otras  áreas”, agregó.

EFE

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