Italia y Brasil usan a Chile como ejemplo para cuestionar eficacia de las vacunas Sinovac

El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, volvió a poner este jueves en duda la eficacia de las vacunas contra la covid y a defender el tratamiento precoz contra la enfermedad con medicinas cuya eficacia frente al coronavirus no está comprobada científicamente, como la cloroquina.
El líder ultraderechista afirmó en su transmisión semanal por redes sociales que varios países están registrando problemas por la aplicación de la vacuna desarrollada por el laboratorio chino Sinovac por su falta de eficacia.
“Esa vacuna está con problemas en diferentes países que la están usando, como en Chile. Y en Brasil no es diferente. En algunos asilos en que ya fueron aplicadas las dos dosis las personas están contrayendo la covid y están muriendo”, afirmó.
Bolsonaro afirmó que lo ocurrido en todo el mundo está mostrando que la vacuna china tiene una eficacia muy baja. “Por lo que parece, no está dando el resultado esperado. Está protegiendo a pocas personas y no a la cantidad que debería hacerlo”, afirmó.
A sus dichos se sumó este viernes el primer ministro italiano, Mario Draghi, quien dudó de la eficacia de dicha vacuna, así como de la alternativa rusa Sputnik, poniendo también de ejemplo negativo a Chile, que ha utilizado mayoritariamente esta última para inmunizar a su población.
“La vacuna china, que nunca realizó la petición y que, de todas formas, la EMA tampoco ha aprobado, ha demostrado ser inadecuada para hacer frente a la pandemia, como se puede observar de la experiencia en Chile”, añadió.
Un estudio de la Universidad de Chile informó en abril de que la vacuna del laboratorio chino Sinovac tiene una efectividad del 54% y que había frenado alrededor de un 10% el incremento de casos nuevos diarios que Chile experimentaba entonces desde hacía dos meses, y hasta un 64% en mayores de 70 años.
Bolsonaro insiste en tratamientos no comprobados
Tras interrogar al ministro de Comunicaciones, Fabio Faria, que lo acompañó en la transmisión, si pretendía rechazar la Sinovac cuando fuese a vacunarse, el jefe de Estado afirmó que él será el último en inmunizarse.
El mandatario recomendó a los brasileños que contraen la covid pese a haber recibido la vacuna que busquen un médico para que puedan iniciar inmediatamente el llamado tratamiento precoz con las medicinas que defiende pese a no tener eficacia comprobada.
“Busque un médico porque el médico tiene la libertad para prescribir lo que considere más conveniente. Busque alternativas”, afirmó.
“Puede estar tranquilo. Yo me contagié el año pasado y tomé el remedio y me curé. Hace seis meses volví a sentir síntomas e inmediatamente tomé y al día siguiente ya estaba bien. Yo no voy a esperar a que me falte el aire para ir al médico a que me recete. La vida es mía”, afirmó.
Bolsonaro también criticó las medidas de distanciamiento social impuestas por gobiernos regionales y municipales para intentar frenar la pandemia y citó noticias según las cuales los niños están pasando hambre por no poder ir a las escuelas públicas donde les ofrecían alimentos.
“Eso es consecuencia de la forma no adecuada de tratar la pandemia. Quien decidió cerrar las escuelas no fui yo sino los alcaldes y los gobernadores. Si usted perdió el empleo y la renta, la culpa no fue mía; fue de quien cerró empresas. La culpa es de los gobernadores”, aseguró.
Igualmente puso en duda, contrariando nuevamente la evidencia científica, el uso de la mascarilla cuando la persona ya está vacunada o contrajo covid, “porque no se va a contagiar ni va a transmitir”, y aseguró que le encomendó un estudio al Ministerio de Salud para determinar si autoriza que todas las personas ya inmunizadas salgan a la calle sin la máscara.
Bolsonaro insistió en su negacionismo con respecto a la gravedad de la pandemia el día en que Brasil, uno de los países más castigados por la pandemia en el mundo, sumó 18,2 millones de contagios y registró un promedio semanal récord de 77.265 casos diarios.
Brasil, con sus 212 millones de habitantes, es el segundo país en el mundo con más muertes por covid, con 509.141 víctimas, y el tercero con más casos (18,2 millones), por detrás de EE.UU. e India.
El descontrol de la pandemia aumentó el deterioro de la popularidad del presidente. De acuerdo con una encuesta divulgada hoy, el índice de reprobación del Gobierno de Bolsonaro saltó desde el 39 % en febrero hasta el 50 % en junio.