La Chingana Celebra Su 2° Cumpleaños con Cuecas, Rock y Sorpresas

El próximo viernes 11 y sábado 12 de septiembre

 

El pub-restaurant latinoamericano donde se han presentado Nito Mestre, Eduardo Gatti, Tito Fernández y Patricio Manns, entre otros solistas y agrupaciones tributo a grandes artistas, “tirará la casa por la ventana” de la mano del guitarrista de Charly García, Kiuge Hayashida, y del conjunto folklórico local, Mafia Cuequera.

Renán Rivera es músico, cantautor, profesor de biología y ciencias naturales, Magíster en Educación, productor artístico, emprendedor gastronómico y de espectáculos. Y hoy está feliz, no sólo por la diversidad de facetas que ha desarrollado exitosamente a lo largo de su vida, sino que, principalmente, porque su apuesta cultural ha sido un aporte a Copiapó en el amplio sentido del término.

“No sólo vamos a celebrar como corresponde este segundo cumpleaños de La Chingana, sino que, además, vamos a “telonear” con todo el ‘18’, ocasión en la que también contaremos con esa dupla artística para quienes no salgan de la ciudad y quieran pasarlo aquí, disfrutando de su talento”, adelanta entusiasmado este gestor cultural, quien agrega que la fiesta será abundante en cotillón, juegos y sorpresas musicales.

“Resulta muy gratificante seguir comprobándolo: existía un público ávido de un espacio cómodo para apreciar el folklore chileno y latinoamericano, con atención a los detalles arquitectónicos y gastronómicos. Era la demanda latente de una ciudad dónde sólo faltaba la propuesta”, explica este anfitrión de la bohemia copiapina, cuyos dominios son los diversos rincones de una antigua pero muy conservada casona de calle Atacama (271), entre Yumbel y Talcahuano, que data de 1810.

DESDE CERATI A SILVIO RODRÍGUEZ

Físicamente, su exitosa “quijotada” es de un techo alto que une la amplia diversidad de espacios en los que el tono oscuro de su exterior e interior contrasta con las luces de cuadros y la artesanía ornamental que cubre la propia mesa o se descubre bajo la tenue luz de una vela. En otros salones hay sillones, sofás, reposeras y asientos que promueven el relajo y la conversación distendida al calor de la buena mesa. Mención aparte merecen sus “papas bravas”, incluidas en una breve pero muy nutrida carta en la que también destacan otros “clásicos” nacionales en alza: Terremoto, Navegado, Borgoña y Ponchetumadre (de creación propia).

Pintorescos ejemplos de su sencilla pero variopinta propuesta gastronómica –como la Chorrillana en sus cuatro versiones, la Flor de Ceviche, la Paella o el Chifa, por citar otros-, que también es posible disfrutar en un acogedor patio salpicado por numerosas mesas, rodeadas de breas y que acompaña una pequeña fuente de estilo colonial: espacio al cual se llega tras cubrir un largo pasillo de piso de madera, que se extiende desde la barra a los demás salones.

“La idea siempre fue que nuestro público se sintiera dentro de una verdadera chingana, como las de antaño”, agrega el dueño de casa, satisfecho por haber tenido en ella a Nito Mestre y Eduardo Gatti en un par de ocasiones, pero también a Patricio Manns, Tito Fernández, “El Temucano”, y a una serie de otros talentosos artistas que han tributado desde Cerati a Silvio Rodríguez, pasando por Mercedes Sosa, Violeta Parra, Víctor Jara y Jorge Drexler.

“El próximo fin de semana tendremos a Kiuge Hayashida, eximio guitarrista quien puede pasear al público por lo mejor del rock latino y llevarlo a lo más clásico de las baladas y la trova latinoamericana de los ’70, gracias a un talento innegable que le ha permitido por más de una década ser integrante estable de la banda de Charly García. Y para bailar, tendremos a un grupo local que ha estado con nosotros varias veces, por lo que ya es parte de la casa: la Mafia Cuequera”, precisa este ex colaborador de Los Jaivas, Joe Vasconcellos y Pablo Milanés, quien aclara que también habrá espacio para bailes andinos tales como tinku, saya y caporal a cargo del grupo Anthara (Agrupación folklórica Colla).

 

Recuadro:

Un Espacio con Alma

 

“Si bien son el antecedente directo de las fondas, de improvisar un lugar para la entretención popular a partir de unos pocos elementos, las chinganas también son un dedo en la llaga para los sectores más acomodados porque, incluso, aristócratas de la época estaban más vinculados a los contextos políticos y sociales de éstas que de las tertulias. Eran espacios de conversación, de acción popular, de debate… Eran espacios de divertimiento, innegablemente, pero no vacíos intelectualmente. No es casualidad que personajes históricos como Manuel Rodríguez asistiera a estos lugares para divertirse, para planear sus acciones políticas o para esconderse”, explica Renán Rivera, quien se refiere a las chinganas como espacios con alma que, al no estar orientados hacia lo pop ni a lo que está de moda, generan vínculos emotivos.

“Copiapó tiene una tradición histórica importante para el país: aquí hubo una revolución constituyente, la organización de un ejército propio, la fabricación de una moneda propia, tuvo a Pedro León Gallo, cuya foto está en uno de nuestros salones… Y, obviamente, también tiene una tradición chinganera a la que estamos respondiendo con nuestra propuesta, que también busca rescatarla. Creo que eso explica la buena respuesta que hemos tenido de parte del público, que viene, repleta nuestro recinto, se siente cómoda acá… Porque es un tipo de personas que antes de nuestra instalación, no tenía donde ir”, agrega conforme, Renán Rivera, el hombre de “La Chingana”.

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba