La sorpresiva muerte de un niño por hanta que conmueve a Puerto Montt

Joaquín Maximiliano Rosas Collado falleció el fin de semana impactando a su familia y amigos. “Era un niño especial, un niño que Dios me lo mandó para cumplir una meta y cumplió su legado por el que venía y se fue”, cuenta la acongojada madre quien aún no encuentra consuelo tras la partida del pequeño de 13 años.

 

Joaquín Maximiliano Rosas Collado era un niño de 13 años con toda la vida por delante. Amante del deporte, amigo querido y con una familia muy unida, el pequeño encontró sorpresivamente la muerte tras contagiarse de hanta en Puerto Montt convirtiéndose en el tercer deceso por el virus en la región de Los Lagos.

El “juako”, como le decían sus amigos, jugaba básquetbol en la selección sub 15 del CEB (Club Escuela de Básquetbol) de Puerto Montt, cuenta a La Nación su madre, Rosana Collado. “También jugaba fútbol y hacía natación en el colegio, pero lo que más le gustaba eran las canchas”, relata la acongojada mujer.

Si el joven vibraba con los deportes, en los estudios no se quedaba atrás. Así lo reflejaba su buen rendimiento en el Colegio San Francisco Javier, donde “destacó desde que llegó (…) a los 7 años ya hablaba delante de todo el colegio porque tenía muy buena dicción. Le decían que era un viejo chico”, agrega la madre.

“Cando llegaba con un 7 me decía ‘mamá, te tengo una mala noticia’, y yo le decía no me vengas con bromas. Me decía ‘tengo una mala nota, me saqué un 7’ (…)  Era muy buen alumno, siempre muy aplicado. Tenía muchos conocimientos, cuando hacía trabajos en grupo los traía grupo a la casa, hacía todo por los estudios”, relata.

El encuentro con la sorpresiva muerte

La muerte llegó a Joaquín de una forma sorpresiva y rápida: contrajo el virus hanta falleciendo el Hospital “Doctor Eduardo Schütz” de Puerto Montt.

Todo comenzó “con mucha fiebre, con dolor de cabeza, tos y calambres en los pies”, comenta Rosana. Síntomas por los que el pequeño fue trasladado a la Clínica Universitaria de la capital regional el pasado sábado, donde en un principio se sospechaba sólo de una neumonía.

Sin embargo, los pronósticos empeoraron teniendo que ser internado de urgencia en el Hospital de Puerto Montt el domingo al mediodíaa. Pese a los esfuerzos de los médicos, el adolescente dejó de existir pasadas las 13 horas de ese mismo día.

Aunque en un principio no existía claridad sobre las causas, con el pasar de las horas se confirmó que falleció por el hanta, virus que se contagió tras realizar una expedición en medio de un cumpleaños de un amigo.

“Estaba en el cumpleaños de su amigo en una casa y como todos sus amigos pololeaban, fumaban, él se fue a hacer trekking con dos amigos más (…) y el virus se lo contagió solamente él porque sus amigos están al lado del ataúd”, cuenta la mamá.

Aunque la muerte fue dolorosa, la familia no recrimina a los médicos ni a los amigos. “Ninguna cosa me sirve que me devuelva a mi hijo, solamente que no le vuelva a pasar a otro papá porque es lo más terrible que pueda haber”.

La familia y amigos consternados

El deceso de Joaquín tiene consternados a los familiares, amigos y cercanos. Aún no se convencen de que un joven con tanta vitalidad y con un próspero futuro por delante haya dejado este mundo a tan corta edad.

“Mi marido y mis otras dos hijas están muy mal”, reconoce Rosana, aunque también encuentran consuelo en que “le dimos todo el amor del mundo, toda la confianza del mundo, no me quedo con ninguna cosa que no le dije”.

Prosigue afirmando que “éramos una familia muy unida, lo que él más amaba era su familia”, y recuerda que a los nueve años “me dijo ‘mamá, te quiero mirar a la cara y decirte algo: soy inmensamente feliz, soy un niño tan feliz’”.

Y esa sensación la mantenía hasta antes de su muerte. “Hasta ahora me decía que era inmensamente feliz porque tengo una familia maravillosa, tengo amigos maravillosos. Era un niño que no era para este mundo”.

“Era un niño especial, un niño que Dios me lo mandó para cumplir una meta y cumplió su legado por el que venía y se fue”, termina la emocionada madre entre los abrazos que llegan de parte de las decenas de personas que los han acompañado en este doloroso momento.

Fuente: Lanacion.cl

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