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Las razones que convierten al cobre y la inflación en una amenaza para el dólar

A pesar de la incertidumbre por la crisis sanitaria, la reactivación económica parece estar cada vez más cerca.

Sin embargo, existen factores de esta recuperación que también podrían acarrear efectos negativos en las economías, si no se logran controlar a tiempo, explicaron desde XTB Latam.

Desde el inicio de la pandemia hemos visto las repercusiones que ésta ha generado en distintas índoles de nuestra vida cotidiana. El creciente número de víctimas humanas y los millones de personas que continúan desempleadas son sombríos recordatorios de la extrema tensión socioeconómica que todavía enfrenta la comunidad mundial.

Aun así, y a pesar de la gran incertidumbre en torno al curso de la pandemia, la salida de esta crisis sanitaria y económica se ve cada vez más cerca, lo que se sustenta principalmente en tres factores: vacunación masiva, y estímulos monetarios y fiscales. Sobre estos dos últimos puntos, los gobiernos y bancos centrales han sido clave para evitar una mayor catástrofe económica, gracias a una política económica expansiva y conjunta.

Entre las economías avanzadas, se prevé que Estados Unidos supere el nivel de PIB previo a la pandemia este año, mientras muchas otras no lo harán sino hasta 2022. Análogamente, entre las economías de mercados emergentes y en desarrollo, China retomó el nivel de PIB previo al covid ya a fines de 2020, en tanto que muchas otras no lo harían sino hasta bien entrado 2023.

Sin embargo, según un estudio exclusivo elaborado por la empresa de inversiones XTB, la recuperación económica trae consigo efectos que podrían llegar a ser adversos para la economía, si no se logran controlar a tiempo.

“La posible consecuencia de una rápida recuperación sería el sobrecalentamiento de la economía, con los correspondientes altos niveles inflacionarios y ese es el principal temor con el que hemos estado conviviendo el último tiempo”, puntualiza José Raúl Godoy, jefe de análisis de XTB en Chile.

Según el informe, las bajas tasas de comparación con respecto a los niveles inflacionarios del año pasado y las disrupciones en la oferta a nivel transversal en la economía, estarían generando una disminución persistente en la oferta de productos y servicios, que se traducen en un alza sostenida en los precios.

Por otra parte, las materias primas en máximos, a raíz de la mejora en las perspectivas de demanda, también harían que los productores a nivel industrial estén absorbiendo precios de producción más altos, los que se trasladan al consumidor generando aumentos inflacionarios.

De acuerdo con la visión general de la FED, la inflación sigue siendo transitoria, pero en su última reunión de política monetaria se mostró más cauta respecto a este tema, admitiendo que ya deben actuar para controlarla.

Este cambio de tono, de una política monetaria expansiva a una con un sesgo más contractivo, ha hecho que el dólar a nivel global se fortaleza a ritmos acelerados.

“En un escenario de recuperación donde la inflación es una amenaza, la Reserva Federal va a actuar retirando los estímulos monetarios. Así lo hizo saber Jerome Powell en la última reunión de política monetaria, donde indicó que el organismo inició el debate al respecto”, explica el experto.

Adicional a esto, los miembros de la FED esperan dos alzas de la tasa de política monetaria para 2022, adelantándose a lo que preveía el mercado.

“Bajo este contexto, vemos un dólar a nivel global fortalecido y esta tendencia se debería mantener en el tiempo”, explica Godoy, lo cual según el experto podría llevar al billete verde a nivel global a apreciarse entre un 8% – 10%.

 

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