OPINIÓN

Mala educación,  mala sociedad   ( Guillermo Cortés Lutz, Doctor en Historia, Grupo de Estudios de Atacama GEA)

 

 

Es evidente   que nuestro sistema de  educación no es bueno,   desde la educación inicial hasta la educación universitaria ( con la sola excepción de  una universidad chilena), pero indudablemente son  las etapas de educación  primaria y secundaria,  tal vez  el mayor problema,  como también mucho  de la educación  universitaria regional, institutos profesionales y centros de formación técnica,   y que  lamentablemente año a año y  por distintas razones  nuestro nivel  educacional  sigue bajando aún más,   los motivos  de esta baja sostenida  son  sociales, de formación inicial, por supuesto económicas,  exceso de alumnos por sala de clases,   ausentismos escolar y finalmente  deserción,   falta de lectura,  y así un largo etcétera.    Lo anterior  da como resultado a  jóvenes, a una ciudadanía, incluido  los profesionales, deficientemente  educados, hablamos de  una  mala e indigna educación recorre nuestro país. Lo anterior, como es lógico no aplica y  no afecta   al sector  más rico,  privilegiado  y  minoritario de Chile.

Podríamos  concluir    entonces  que con este tipo de formación,   no tengamos  competencias a los nuevos requerimientos democráticos y de  vida digna que necesita una sociedad  civilizada,    y por lo  tanto, como dijo el premio nacional de Historia Gabriel Salazar,  no tenemos cultura ni conciencia política, esta nos ha sido negada.

Producto de  lo anterior,  nuestras opiniones  sobre  el acontecer , sobre el presente y el desarrollo, ya no solo de nosotros y de nuestros entornos, sino de lo que es bueno para el país,  pasan a ser de neófitos, con mucha,  y a menudo demasiada desinformación,   lo que sumando a nuestra poca educación y pensamiento analítico,   determina un pensamiento irracional,  temeroso, iracundo,  individualista, cuando no  violento,     ya que no podemos  ver  ni determinar con claridad  cuál es la fuente de los problemas  y   dudamos de la  democracia  y  de la política,  como  herramienta  ciudadana,  y  nos dejamos embaucar  en propuestas   autoritarias  del tipo de  mano dura.

Pero, en esta tipo de situaciones, como lo demuestra irrefutablemente   la historia humana, nunca gana la ciudadanía, nunca gana el pueblo,  siempre ganan los mismos de siempre;  los audaces, e   histriónicos,  los poderosos, los  más ricos.  Este grupo social  muy  exclusivo,   es clasista, racista,   son un  casta  que ha estado desde siempre en  el poder, aun antes de la independencia,  son ellos los que  toman las  decisiones,  este clase  social  se denomina oligarquía,  (del griego Oligoi, unos pocos).

Por lo tanto, si pensamos que la educación es una base fundamental de una vida civilizada y democrática, si queremos vivir en una nación  humana y  moderna, es decir donde exista un estado democrático y social de derechos,  la clave  es una mejor educación.   Una educación culta, científica y  con apoyo de su patrimonio histórico.  “El Departamento de Enseñanza del Estado de Nueva York, le preguntó a Albert Einstein, en que creía que las escuelas debían hacer mayor hincapié.  En la enseñanza de la Historia – repuso este.”

Es en la Educación  donde  debemos poner la mayoría de  los esfuerzos,  principalmente  destinar    más  dinero , como  la sinergia social y política, una buena educación, cómo dijo  Einstein,  con base en su realidad histórica, desde los primeros años , con horarios escolares pertinentes,   con currículos   significativos,  cultos y críticos,  la  escuela  como espacio de aprendizaje, de   encuentro e incluso  de controversia,   nos va a asegurar  un país  mejor educado,   más  humano,   que busca el crecimiento,  pero que sobre todo  que tiene por objetivo el desarrollo integral de las personas y de la nación.

 

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