OPINIÓN

“Muertes por accidentes de tránsito” Por Elías Úbeda Greig, psicólogo Clínico y Forense

Cada año nos abruma una elevada cifra de fallecidos por accidentes de tránsito, y el factor psicológico tiene mucho que ver en esto, ya que en muy pocas ocasiones dichos accidentes se producen por una falla mecánica. Los factores relativos al conductor y al peatón son determinantes. Por ejemplo, la conducta social disruptiva de beber alcohol y, conducir o transitar a pie ebrio por zonas de riesgo, se constituyen en un facilitador de colisiones y atropellos. Para llegar a estos escenarios las personas deben presentar un descontrol de la ingesta alcohólica, y una evaluación insuficiente de los riesgos, exponiéndose de forma innecesaria a eventos que atentan contra su integridad física y psíquica. Peor aún, contra su propia vida o la de los demás.

La juventud por otra parte presenta menor consideración del riesgo, expresado en un índice mayor de velocidad y descuido en la conducción, en comparación con conductores mayores o de la tercera edad quienes resultan ser más prudentes, no apuran en demasía la marcha y se muestran más atentos a las condiciones del tránsito. Es muy importante tener una conducción con cautela, aunque vayamos apurados, y el mejor ejemplo lo dan los vehículos de emergencia quienes transitan con sirena y rápido, pero sin imprudencias ni una velocidad fuera de la norma.

Es tan importante el factor psicológico en la conducción de un vehículo  que podemos contarles que en la mayoría de los casos, el automóvil o camioneta se transforma en una prolongación del propio cuerpo e intenciones del chofer, y eso puede volverse un factor de amabilidad o de violencia según como opere la psiquis de quien maneja el móvil; así usted habrá vivido o escuchado que le tiró el auto encima o le intentó colisionar como forma de amenaza, producto de un conflicto en la calle, o como ejecución de una acto de violencia intrafamiliar.

En grandes ciudades se estimula el uso del transporte público, reduciendo índices de contaminación, congestión vehicular y riesgo de accidentes por causas como falta de descanso, desconcentración, impericia, descontrol de impulsos. Me ha tocado conocer casos de personas que colacionan porque estaba desconcentrados pensando en su problema marital, viendo el aparato celular, o mirando a una persona atractiva en la calle que les llamó la atención.

Le invitamos a considerar estos factores a la hora de conducir, y hacerlo con precaución y responsabilidad, liberándose de problemas personales o conductas que puedan poner en riesgo su vida y la de los demás.

 

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