OPINIÓN

Nuestras tradiciones y su adaptación a la pandemia:  hacia una vinculación participativa de la niñez. ( Luis Campusano Kemp, Licenciado en Educación, Director JUNJI Región de Atacama.)

Las actuales Bases Curriculares de la Educación Parvularia (BCEP, 2018) plantean en el ámbito de “Interacción y comprensión del entorno” que las niñas y niños durante sus primeros años de vida, deben adquirir aprendizajes conducentes al descubrimiento del mundo natural y social, “donde los seres humanos, que son diversos, construyen las condiciones que les permiten sustentar su existencia”. Junto con esto, “se intenciona que comprendan que, en la naturaleza, las sociedades y la cultura ocurren cambios, más lentos o más rápidos, a medida que pasa el tiempo”. Lo anterior, nos posibilita comprender que las sociedades, están sujetas a transformaciones que condicionan nuestro devenir diario, lo que, en este complejo período de pandemia, ha quedado demostrado rotundamente.

 

En este escenario actual de cambios permanentes, cada núcleo familiar deberá modificar sus tradicionales celebraciones del 18 y 19 de septiembre, según las pautas sanitarias que buscan proteger a la población de posibles contagios. Sin embargo, existe pleno consenso que el peso de estas festividades en nuestra identidad cultural, sustentará los esfuerzos necesarios para adaptar tales tradiciones. En estas celebraciones, propiciemos espacios de participación para nuestras niñas y niños, a través de labores compartidas que favorezcan valores de solidaridad, respeto y el bien común, lo que fortalece el desarrollo de su autonomía a través de la interacción social. Fomentemos el juego, como el medio de aprendizaje natural de la infancia, rescatando juegos típicos que los adultos de la familia desarrollaban en esta fecha, utilizando recursos naturales en su composición y que rescaten distintas modalidades de disfrute para el segmento infantil. Entablemos diálogos significativos con nuestras niñas y niños, que secunden aprendizajes sobre la historicidad familiar, poniendo en valor este patrimonio, como un conjunto de experiencias que conforma el mosaico cultural que dota de identidad y sentido de pertenencia a nuestras comunidades y territorios.

 

Desde JUNJI Atacama, reconocemos la denodada tarea que las familias han desarrollado en pro del cuidado y la educación de nuestras niñas y niños, durante este tiempo de distanciamiento social. De esta manera, extendemos un afectuoso saludo a las familias de Atacama y esperamos que estas festividades se den en un marco de diversidad, ciudadanía y responsabilidad por la salud de todas y todos.

 

 

 

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