Pfizer no seguirá facilitando inyecciones letales para las ejecuciones

Era la última gran compañía farmacéutica que quedaba por negarse a proveer sustancias para la aplicación de la pena capital en Estados Unidos, después de que una veintena de empresas del país y de Europa lo hicieran.

«Estamos restringiendo la distribución de determinados productos que han formado parte de los protocolos de ejecución de determinados estados. Pfizer se opone firmemente al uso de estos productos en inyecciones letales», afirmó este viernes (13.05.2016) el gigante farmacéutico estadounidense en un comunicado. Era la única gran compañía de Estados Unidos y de Europa que todavía no había dado este paso.

En declaraciones al New York Times, la activista Maya Foa, del grupo de abogados londinense Reprieve, afirma que «con el anuncio de Pfizer, todos los fabricantes aprobados por la [agencia estatal de alimentación y drogas] FDA han bloqueado sus ventas para este propósito». «Los estados con pena de muerte deben ir ahora al mercado negro si quieren seguir consiguiendo esas sustancias para usarlas en las inyecciones letales».

La empresa publicó una lista con siete productos como el propofol, el bromuro de pancuronio y el cloruro de potasio que a partir de ahora distribuirá de forma restringida a un selecto grupo de mayoristas bajo la condición de que no los vendan para inyecciones letales. En los últimos cinco años, cerca de veinte farmacéuticas europeas y estadounidenses han bloqueado sus productos para tal propósito. Eso provocó que algunos estados ensayaran con otras sustancias, en algunos casos con desastrosos resultados, o trataran de importarlas desde la India.

También se han aprobado otros métodos (como el pelotón de fusilamiento o la asfixia con hidrógeno), aunque todavía no han sido aplicados. Texas obtiene los fármacos de pequeños laboratorios mantenidos en secreto para evitar que sufran amenazas por parte de los opositores a la pena de muerte. Otros, como Ohio, se han visto forzados a suspender indefinidamente las ejecuciones.

LGC (EFE / NYT)

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