¿Salud para todos?: Por Guillermo González, Gerente Comercial de La Araucana

Según la última encuesta CEP, un 60% de los chilenos cree que la salud debería ser el tema prioritario del Gobierno. Este porcentaje va en línea con los resultados del estudio del Centro de Medición MIDE UC, que concluyó que un 70% de los encuestados relaciona calidad de vida con salud, sobre todo en el segmento Pensionados.

Actualmente más de 6 millones de chilenos pertenecen a alguna Caja de Compensación de Asignación Familiar, es decir, alrededor de un 35% de la población tiene la opción de acceder a beneficios como tratamientos odontológicas, exámenes preventivos costo 0, descuentos con farmacias y consultas médicas gratis o con reembolsos de hasta un 80%, como también a programas de educación y extensión para el autocuidado de la salud, disponibles  en todo el país, dependiendo de la institución a la que pertenecen, entre otras prestaciones y servicios.

Son estas cifras las que han impulsado a las Cajas de Compensación a materializar programas y beneficios de salud para sus afiliados, independientemente si pertenecen a Fonasa o una isapre. Como parte de la Seguridad Social, las Cajas cumplen un rol clave: entregar salud de calidad para todos sus afiliados sin distinción.

¿La buena noticia? Cada vez hay más y mejor inversión en salud – 47 mil millones de pesos – debido a que la tasa de usabilidad crece a la par con el número de afiliados, liderando cualquier ranking de beneficios. Y no me refiero sólo a cantidad. Las Cajas de Compensación ofrecen servicios de calidad que le abren las puertas a una salud digna y eficiente a muchos que no reciben lo mejor del sistema. Y eso se nota. Los afiliados le pusieron nota 7 a los distintos beneficios de salud que ofrecen las Cajas, calificándolos como un pilar de su bienestar y mejor calidad de vida.

Justo ahí está nuestro desafío. No sentir que la tarea está cumplida, sino que estar en la búsqueda constante de más y mejores beneficios que puedan llegar a cada vez más personas. En esta misión, las empresas son clave y su apoyo puede marcar la diferencia en la calidad de vida de sus colaboradores y de una sociedad que queremos sea más inclusiva y justa. Como lo establece la Declaración Universal de DD.HH.: “Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios”.

 

 

 

 

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