Trump suaviza su veto migratorio y excluye a Irak de la “lista negra”

El nuevo decreto prohíbe por 90 días el ingreso de ciudadanos de seis países de mayoría musulmana. El Presidente intenta moderar su decreto original para evitar un nuevo bloqueo judicial.

A diferencia de la divulgación del anterior veto migratorio, esta vez no hubo gran fanfarrea. El Presidente Donald Trump no dio declaraciones hoy y tampoco hubo alta expectación periodística ni en el Pentágono ni la Casa Blanca, para el anuncio que realizó el gobierno sobre una nueva versión de la controvertida primera orden ejecutiva sobre inmigración, que fue bloqueada por la justicia en el inicio del mandato de Trump.

La iniciativa anunciada hoy y que entrará en vigor el próximo 16 de marzo, intenta suavizar el primer anuncio migratorio que hizo el propio Presidente republicano con bombos y platillos en sus primeros días como jefe de Estado. El decreto prohíbe la emisión durante 90 días de nuevas visas a ciudadanos de seis países de mayoría musulmana: Irán, Somalia, Sudán, Yemen, Siria y Libia. Esto, mientras la administración estadounidense sigue analizando cómo mejorar los procedimientos de investigación.

A diferencia de la orden anterior, Irak quedó fuera de la “lista negra”. El retiro de este país ocurre luego de semanas de conversaciones entre el Departamento de Estado y el de Defensa con funcionarios de seguridad de Bagdad. Se considera que la prohibición perjudicaría la estabilidad del gobierno iraquí, aliado de Estados Unidos y clave en la lucha contra el Estado Islámico, señaló The New York Times.

Irak, por su parte, acordó que aumentará la “cooperación con el gobierno de Estados Unidos en la investigación de sus ciudadanos que solicitan una visa para viajar”, según anunció el Departamento de Seguridad Nacional. Funcionarios habían expresado preocupación de que las restricciones afectaran a iraquíes que habían trabajado con el Ejército de EE.UU., como traductores y ayudantes, y que intentaran ingresar al país.

Cambios

Otra de las modificaciones tiene que ver con que ahora, la nueva orden permite el ingreso a Estados Unidos de los ciudadanos de esos seis países que tengan una visa válida al momento que entre en vigor la orden, cuenten con permiso de residencia o green card, o doble nacionalidad. Según los analistas, Trump intenta moderar su orden inicial para evitar que se produzca un nuevo bloqueo judicial.

Sin embargo, la mano dura se mantiene sobre los refugiados. El programa será suspendido por 120 días y no se aceptará a más de 50.000 refugiados al año, muy por debajo del umbral de 110.000 personas establecido por el ex Presidente Barack Obama.

La orden anterior prohibía de manera indefinida la entrada de refugiados sirios, sin embargo, ahora no se los nombra de manera específica. El argumento de Trump de disminuir la cuota de refugiados es mantener la seguridad nacional. En ese sentido, el FBI anunció hoy que está investigando a más de 300 refugiados en EE.UU. por posibles actividades terroristas.

El plan fue presentado por el secretario de Estado, Rex Tillerson; el fiscal general, Jeff Sessions y el titular de Seguridad Nacional, John Kelly. “La orden ejecutiva firmada por el Presidente para proteger al país de la entrada de terroristas extranjeros es una medida vital para fortalecer nuestra seguridad nacional”, señaló Tillerson. El veto “reforzará la seguridad de EE.UU. y sus aliados”, añadió. Por su parte, Kelly dijo que su cartera implementará las medidas lo más “humana y respetuosa posible”, pero también “con rigor”.

La orden inicial promulgada el 28 de enero prohibía el ingreso durante 90 días de los ciudadanos de los seis países mencionados en este decreto, pero con Irak en la lista. Asimismo, impedía la admisión de refugiados durante cuatro meses y de manera indefinida en el caso de los sirios. Esa orden ejecutiva, que entró en vigor inmediatamente, generó caos y confusión en varios aeropuertos del país. A muchos pasajeros que tenían residencia permanente y trabajaban en Estados Unidos se les prohibió volar al país. Otros, que poseían visas, no sabían si los dejarían ingresar. Varios fueron detenidos en los aeropuertos.

Esto tensionó las relaciones entre Trump y el Poder Judicial. El 3 de febrero, un juez suspendió la medida. Tras el fallo en contra de Trump de una Corte de Apelaciones, el mandatario decidió no ir a la Corte Suprema, sino crear una nueva orden ejecutiva.

De acuerdo al Times, la prohibición intenta restablecer la “narrativa política” de la Casa Blanca, luego de una escandalosa semana pasada que comenzó con un discurso de Trump frente al

Congreso que fue bien recibido. Sin embargo, ese éxito fue ensombrecido rápidamente por la revelación de que el fiscal general, Jeff Sessions, no informó sobre sus contactos con el embajador ruso durante la campaña electoral en su confirmación ante el Senado y luego de que el mandatario asegurara que Obama intentó intervenir su teléfono durante la contienda.

Ahora, la administración de Trump tiene poco “espacio para el error después del caótico debut del plan original”, advirtió CNN.

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