INTERNACIONAL

Turquía y EEUU acuerdan «trabajar juntos» en Siria para superar la crisis

Turquía y Estados Unidos acordaron este viernes trabajar juntos en Siria, tras semanas de tensiones por las últimas operaciones transfronterizas de Ankara.

El secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson, y el ministro de Relaciones Exteriores turco, Mevlut Cavusoglu, dijeron tras reunirse en Ankara que las dos partes establecieron grupos de trabajo para resolver las cuestiones que entraban las relaciones bilaterales.
Aunque dieron pocos detalles sobre cómo lo conseguirán, sí indicaron que resolver la disputa en torno a la localidad de Manbij, en el norte de Siria, es una prioridad.

«No vamos a seguir actuando cada uno por nuestra cuenta, con Estados Unidos haciendo una cosa y Turquía haciendo otra», dijo Tillerson tras la reunión con su par turco. «Trabajaremos juntos […] tenemos buenos mecanismos sobre cómo podemos lograrlo, hay mucho trabajo que hacer», señaló en una conferencia de prensa conjunta.

Por su parte, Cavusoglu dijo que Turquía y Estados Unidos están de acuerdo en la necesidad de «volver a normalizar» las relaciones, y reconoció que sus vínculos estaban en una situación «casi crítica».

Una de las principales tareas de Tillerson en su viaje a Ankara es apaciguar el enfado de Turquía con la política de Estados Unidos en Siria, una cuestión que generó la mayor crisis bilateral desde la guerra de Irak, en 2003.

Turquía lanzó el 20 de enero una ofensiva militar en el enclave de Afrin, en el norte de Siria, contra las Unidades de Protección Popular (YPG), una milicia kurda que Ankara considera «terrorista» pero que para Estados Unidos es un aliado clave en la lucha contra el grupo Estado Islámico (EI).

Los turcos amenazaban también con avanzar hacia Manbij, unos 100 km al este, donde hay tropas estadounidenses junto a las YPG. Y el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, llegó a aumentar la apuesta al pedir a Estados Unidos que abandonara Manbij, incrementando los temores de un enfrentamiento entre aliados.

Washington advirtió que la operación de Turquía contra las YPG en la región de Afrin puede suponer una distracción de la lucha contra los yihadistas.

Para Turquía, las YPG son una rama del Partido de los Trabajadores Kurdos (PKK), que tanto Estados Unidos como la Unión Europea clasifican también como «terrorista».

Tillerson pidió a Ankara «mostrar contención en su operación» e insistió en que Turquía y Estados Unidos «tienen los mismos objetivos en Siria».

– ‘Prioridad’ –

Según analistas, el nivel de tensión actual es similar al de 2003, cuando Turquía se negó a permitir que las tropas estadounidenses operaran desde su territorio en el marco de la guerra de Irak, o incluso al de después de la invasión de Chipre por Turquía, en 1974.

Tillerson señaló este viernes que resolver las tensiones entre Turquía y Estados Unidos en torno a Manbij es una «prioridad». «Vamos a darle prioridad a Manbij en nuestros esfuerzos conjuntos», prometió.

El grupo EI controlaba la zona de Manbij hasta que fueron expulsados por las YPG, y Tillerson consideró fundamental que la localidad no vuelva a caer en manos de yihadistas.

Ambos países acordaron también «oponerse con vehemencia» a cualquier intento de «crear hechos consumados» o «cambios demográficos» en Siria, según un comunicado conjunto entregado a la prensa destacando su compromiso con la integridad territorial de Siria.

Las diferencias sobre Siria son solo uno de los temas que ensombrecen las relaciones entre Turquía y Estados Unidos.

Sus vínculos se vieron perjudicados en un primer momento tras el golpe de Estado fallido en Turquía en 2016, cuando Estados Unidos se negó a extraditar a Fethullah Gülen, el predicador basado en Pensilvania al que Ankara acusa de estar detrás del alzamiento.

Tillerson también instó a liberar a ciudadanos turcos que fueron detenidos en la represión que siguió al intento de golpe y expresó su «preocupación» por el estado de emergencia.

 

AFP

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