INTERNACIONAL

El regreso a la actividad divide a América Latina cuando el peak del coronavirus se acerca

Un centro comercial en el sur de Brasil colocó la semana pasada una alfombra roja y dio la bienvenida a un mar de clientes con máscaras después de que el estado relajó las paralizaciones del comercio por el coronavirus SARS-CoV-2. Un saxofonista los recibió con una serenata.

Las imágenes del Neumarkt Shopping, en Blumenau, generaron reacciones en todo Brasil. Algunos aplaudieron la decisión y otras la criticaron como una medida posiblemente letal justo cuando el brote está ganando fuerza. Un usuario de Twitter incluso musicalizó el video con la banda sonora de “Titanic”.

El incidente revela la grieta que atraviesa América Latina: Cómo y cuándo reabrir las economías de la región, a pesar de que lo peor del brote aún no ha afectado a países como Brasil y México.

Datos compilados por Reuters muestran que los casos de coronavirus en América Latina se aceleran a una tasa mucho mayor que en otras partes del mundo. La región superó un hito sombrío el miércoles: 10.000 muertes y 200.000 contagios confirmados.

El 22 de abril, el día de la reapertura del centro comercial, Blumenau tenía 98 casos confirmados de coronavirus, según datos del ayuntamiento. Solo cuatro días después, el recuento había aumentado más del 70% a 167 casos.

“La reapertura del centro comercial fue un acto muy malo, en un mal momento, realizado de manera incorrecta”, dijo a Reuters el alcalde de Blumenau, Mario Hildebrandt.

El operador del mall, Almeida Junior, declaró haber seguido todas las regulaciones estatales.

Hildebrandt dijo que el aumento de los casos puede no estar directamente relacionado con la apertura del centro comercial. Lo atribuyó, en cambio, a un decreto anterior que relajó los cierres comerciales.

El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, el más destacado militante de la brigada para la reapertura de la economía, ha tomado un rumbo diferente.

Crítico desde hace mucho tiempo de las medidas de confinamiento, el capitán de ejército en retiro de extrema derecha dice que el costo económico supera los peligros de lo que ha llamado una “gripecita”. Bolsonaro aboga por aislar a las personas mayores y dejar que las personas más jóvenes trabajen.

“Lo siento, algunas personas morirán. Así es la vida”, afirmó el mes pasado. “No se puede detener una fábrica de automóviles por las muertes en accidentes de tráfico”.

El miércoles, el día después de que la cifra oficial de muertos de Brasil superó a la de China, el Ministerio de Salud reportó un total de 5.466 muertes y 78.162 casos confirmados.

Los aumentos constantes han provocado temores de que la economía más grande de América Latina se convierta en el nuevo punto álgido del coronavirus en el mundo.

“¿Y qué?”, respondió Bolsonaro a periodistas cuando se le preguntó sobre las muertes el martes. “Lo siento, pero ¿qué quieren que haga?”.

Si bien la aprobación pública del manejo de la crisis por parte de Bolsonaro ha bajado, también lo ha hecho el apoyo a los confinamientos. Sólo el 52% de los brasileños respalda las medidas generales de cierre, menos que el 60% de principios de abril, mostró una encuesta publicada por Datafolha el miércoles.

Para aquellos que quieran volver a la normalidad, el caso de Blumenau puede servir como advertencia.

“La gran mayoría de los infectados tienen entre 20 y 59 años, o en otras palabras, aquellos que son económicamente activos”, dijo el alcalde Hildebrandt, refiriéndose a los que recientemente enfermaron. “Eso significa que quien volvió a trabajar (…) tiene una mayor probabilidad de infección”.

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