PAÍS

Gabriel Boric a tres años del 18-O: «La violencia se volvió contra las propias causas del estallido»

A tres años del 18-O, el Presidente Gabriel Boric condenó las «conductas destructivas y delictuales» desatadas en el estallido social, junto con entregar su respaldo al trabajo de Carabineros para combatir la delincuencia, sin olvidar las violaciones a los derechos humanos ocurridas durante los últimos años.

En un extenso discurso en La Moneda, el Mandatario recordó que existieron «actuaciones que fueron gravísimas y condenables, porque no son representativas de la labor diaria que más de 60 mil carabineros realizan día a día a lo largo y ancho de nuestro país«.

«Por eso, cuando pedimos sanciones contra los abusos policiales no dejamos ni por un segundo de valorar el trabajo que las policías hacen todos los días para proteger a la población y frenar la delincuencia», planteó.

El Presidente recordó que «el estallido social fue un campo fértil para la expansión de conductas violentas destructivas que también han dejado víctimas y secuelas, y desde todas las posiciones políticas tenemos que decirlo con claridad, esa violencia se volvió contra las propias causas del estallido al producir una creciente ola de rechazo en la sociedad, cansada de ver como el vandalismo destruye los barrios, el comercio, el patrimonio, abriéndole paso a acciones que son delictuales».

«Este tipo de violencia no es inocente, causa daño, alienta el odio, genera inseguridad y termina fomentando regresiones políticas antidemocráticas que no queremos para Chile», puntualizó.

«NO PODEMOS CONSTRUIR UN PAÍS MÁS JUSTO QUEMANDO BUSES»

Boric continuó diciendo que «desde la izquierda debemos ser más categóricos que nadie en poner un dique a esas conductas, en enfrentarlas sin complejos, denunciarlas y castigarlas. La protesta social no puede ser sinónimo de violencia, no puede cobijarla ni justificarla, porque va en contra de sus principios y sus propósitos y en contra de su vocación de mayoría para cambiar la realidad».

«No podemos construir un país más justo quemando los buses que transportan a los ciudadanos y ciudadanas o dejando a personas sin semáforos para cruzar la calle o a los emprendedores y trabajadores sin su fuente de ingreso, simplemente no es aceptable, como tampoco lo es ir a atacar a policías que son a fin de cuentas funcionarios del Estado que están cumpliendo un servicio que les encomienda el sistema democrático», lamentó.

El Presidente insistió: «Para ser claro, las violaciones a los derechos humanos, como daños oculares, agresiones sexuales, lesiones graves, hasta muerte, no son aceptables y a la vez, Carabineros cuenta con todo nuestro respaldo para combatir la delincuencia y asegurar el control del orden público en el estado de derecho. No hay una dicotomía entre ambas posiciones».

Boric dijo que «el estallido no fue una revolución anticapitalista y tampoco, como han querido instalar en los últimos días, fue una pura ola de delincuencia. Fue una expresión de dolores y fracturas de nuestra sociedad que la política, de la cual somos parte, no ha sabido interpretar ni dar respuestas».

«Cuando leemos el estallido sólo para reafirmar nuestras concepciones estamos eludiendo su mensaje y enseñanza. Como Presidente de Chile no voy a cometer ese error y estamos trabajando desde nuestro Gobierno y las fuerzas políticas que nos apoyan para no caer en lo mismo. Una ruptura de esta magnitud debe desafiar nuestros puntos de vista y empujarnos a mirar lo que no queremos ver», agregó.

«SE DIJERON Y SE HICIERON MUCHAS COSAS EXCESIVAS»

A continuación, Boric recordó que «en esos días del estallido se dijeron y se hicieron muchas cosas excesivas. Nos agredimos unos a otros y creo que somos muchos los que sentimos que en ese periodo las cosas llegaron a un extremo que no debieran haber llegado. Sin embargo, no basta con constatarlo ni apuntar al del frente, sino preguntarnos por qué nos pudo pasar esto, por qué hubo tanto destrozo, por qué tanto enojo, por qué tanto desborde».

«Se escuchan a veces opiniones que se limitan a explicar el 18 de octubre como si fuera una pura explosión de violencia, como si esa violencia hubiese brotado sólo de la delincuencia o de la falta de control policial. Sin embargo, quienes promueven en estos días esa mirada se les olvida que hubo un día, el 25 de octubre, en el que más de 1 millón de personas salió a las calles en Santiago y miles en el resto del país», agregó.

«Y hubo un periodo largo, que no fue una o dos semanas, sino de meses y meses en que más del 70% de la población apoyó el estallido social y se sintió interpretado por este. No pretendamos negar la historia«, puntualizó.

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