PAÍS

Ministerio de Transportes defendió labores de fiscalización a buses

Paula Flores, jefa de ese departamento de la cartera, aseguró que la irregularidad detectada en el bus volcado en Mostazal «no es una revisión de los inspectores».

 

La jefa del Departamento de Fiscalización del Ministerio de Transportes, Paula Flores, defendió la labor que realizan los inspectores, dentro de sus facultades, en el marco del debate que surgió tras el fatal accidente de un bus que transitaba con una patente adulterada que no correspondía con su chasis y que dejó seis muertos en Mostazal.

La empresa involucrada, Línea Azul, sobre la cual el Gobierno inició un proceso para cancelar su operatividad, registra 128 controles, 76 infracciones y dos buses sacados de circulación durante este año; sin embargo, en esas fiscalizaciones nunca se detectaron patentes adulteradas como la de la máquina volcada.

Según consigna el medio Cooperativa, Flores explicó que aquel «no es un proceso de revisión que hacen los inspectores, no revisan que el número de chasis y el de motor coincidan con los documentos», apuntando que «es un proceso especial que se hace en las plantas de revisión técnica cada seis meses, cuando los vehículos deben sacar su revisión».

«Para ver la coincidencia de esos números, habría que entrar al motor, ver por debajo del bus. Los inspectores se dedican a ver que funcionen las luces, que los neumáticos estén en buen estado, el dispositivo de control de velocidad, los asientos, el cinturón de seguridad, y la documentación del vehículo y del conductor», detalló.

En ese marco, Flores relató que desde el Ministerio «estamos pidiéndole antecedentes a la planta de revisión técnica, porque el bus pasó su revisión recién en junio pasado», y con esa información, según establece la ley, «el secretario regional (seremi) va a decidir qué acciones (sancionatorias) seguir».

La autoridad explicó que «la Ley de Tránsito establece como delito que el establecimiento haya entregado una revisión técnica sin que el vehículo haya pasado por ahí o sin que cumpla con las condiciones de seguridad. (…) La responsabilidad es bastante alta porque al certificarlo como aprobado lo que hace es dar confianza y seguridad de que puede circular sin poner en riesgo la vida de las personas a bordo».

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