ATACAMA

Productores de aceite de oliva de Huasco renuevan sello Denominación de Origen

Se trata de la tercera vez que olivicultores de Huasco logran este reconocimiento que acredita que tanto las materias primas como los procesos para obtener el aceite de oliva provienen del valle del Huasco, respetando las tradiciones culturales y cumpliendo, además, con los mejores estándares de calidad internacional.

Degustar un aceite de oliva de calidad extravirgen con Denominación de Origen (D.O.) del valle del Huasco es, sin lugar a dudas, una gran experiencia y es que la oliva “Sevillana”, con el que se elabora mayoritariamente, otorga a este aceite propiedades únicas las que se distinguen tanto en su sabor como en su aroma.

Una calidad que cumple con los mejores estándares internacionales y que se logra con el esfuerzo y dedicación de pequeños olivicultores, cuya tradición se remonta cientos de años en el pasado y que ahora está a cargo de las nuevas generaciones, siendo el único aceite de oliva con sello de D.O. de América, distinción recibida por primera vez el 8 de octubre de 2018, en el contexto del III Encuentro Nacional de Productores de Sello de Origen.

Para esta temporada 2022, cuatro fueron los productores del valle del Huasco certificados con la distinción, aceite de oliva Albiña,  aceite de oliva Azait, aceite de oliva Alma del Huasco y aceite de oliva Payantume, quienes recibieron su sello en una emotiva ceremonia cuyo escenario fue el imponente Desierto Florido, en el Parque Nacional Llanos de Challe.

“Este es el tercer año consecutivo en el cual pudimos acreditarnos”, indicó Pía Albiña, representante de Olivos Albiña y usuaria de INDAP,  quien forma parte de una nueva generación de olivicultores y que sigue los pasos de su abuelo y padre, apoyándolos a cumplir su sueño y elaborando un producto que se comercializa incluso en Estados Unidos, a través de Amazon.

Albiña explicó que se trata de un sello que “no sólo acredita el trabajo físico que cada olivicultora y olivicultor realiza a diario, sino que también el corazón que cada uno le pone en cada cosecha de olivas en este valle, una cosecha que siempre es muy ardua, porque casi el 100 por ciento de lo que hacemos es mediante labores muy personalizadas o manuales”.

Para Robinson González de aceite de oliva Payantume, la certificación es un “sueño cumplido”, el cual se logró gracias al esfuerzo, “fue difícil, pero lo logramos, la luchamos, la ganamos y ahora estamos en esta tercera certificación de Denominación de Origen y yo creo que fue la más difícil, porque teníamos escasez de agua, no teníamos cosecheros y si cosechábamos tarde no íbamos a poder acreditarlo, afortunadamente hubo un esfuerzo de todos los agricultores”.

Impacto en el territorio

Iris Lobos, directora nacional del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA), entidad que ha apoyado a los olivicultores del valle de Huasco desde el inicio de su travesía, destacó que este logro se debe principalmente a que los productores creyeron en sí mismos, “se atrevieron a juntarse y a recorrer el camino de un sello de origen que no es fácil. Lo que viene ahora es seguir trabajando en mantener la calidad, por lo tanto, el INIA va a seguir con su apoyo”, asegurando que la certificación “es un tremendo logro, un resultado muy importante”, asemejándolo al Desierto Florido en cuanto a su impacto en el territorio y llamando a otros productores a certificar su aceite.

Y es que la certificación no solo beneficia a los olivicultores que obtuvieron su sello, sino que a toda la provincia. “Esto debe traspasar a los más de 300 olivicultores, a las 10 almazaras hoy existentes y además a otros servicios, turísticos, hoteleros, de servicios, de artesanía, hay que traspasar este orgullo que tenemos con la Denominación de Origen que se comenzó a luchar desde el 2012, ya han pasado 10 años”, expresó Rodrigo Loyola delegado provincial presidencial de la Provincia de Huasco.

Por su parte, Ricardo Zamora, Seremi de Agricultura de Atacama, agregó que la D.O. permitirá impulsar el crecimiento de los agricultores tanto a nivel nacional como internacional. “Este aceite de oliva con Denominación de Origen es el único que tenemos en América, he ahí la relevancia tremenda de este hito. Nosotros vamos a seguir fomentando a que nos solamente estos cuatro productores que hoy en día formen parte esta entrega de sellos, sino que queremos que sigan siendo beneficiados y opten a esta D.O. muchos más productores”.

Cabe destacar igualmente que estas agricultoras y agricultores familiares son apoyados por el Servicio de Asesoría Técnica, SAT de Olivos, del Instituto de Desarrollo Agropecuario, INDAP, en donde un equipo técnico los fortalece con inversiones, asistencia técnica y capacitaciones año tras año.

Diferenciación y calidad

Pero ¿Qué hace tan especial al aceite de oliva del Valle del Huasco?

El aceite de Oliva del Valle del Huasco presenta características únicas en su tipo que se asocian al territorio, tanto en los procedimientos mediante los cuales se elabora, como en sus características químicas y organolépticas.

El sello de origen del Valle del Huasco garantiza un aceite de alta calidad con más de 400 ppm de polifenoles (antioxidantes naturales), un contenido de ácido oleico mayor al 70 % (componente al que se atribuyen innumerables beneficios en la salud)  y una acidez inferior a 0,8 % (relacionado con la calidad de la materia prima).

Los aceites de esta temporada son excepcionales, algunos de ellos alcanzaron los 700 ppm de polifenoles y todos tienen una acidez inferior al 0,2 %, todas cualidades que mejoran el aporte de antioxidantes en la alimentación. Estos parámetros son certificados por análisis de laboratorio realizados por INIA y análisis sensorial a cargo de un panel de expertos del INIA y asesores nacionales.

Acerca de INIA

El Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) es la principal institución de investigación, desarrollo e innovación agroalimentaria de Chile. Vinculada al Ministerio de Agricultura, cuenta con presencia nacional y un equipo de trabajo de más de 1.000 personas altamente calificadas. Ejecuta al año un promedio de 400 proyectos en torno a 5 áreas estratégicas: Cambio Climático, Sustentabilidad, Alimentos del Futuro, Tecnologías Emergentes, y Extensión y Formación de Capacidades. Estas iniciativas contribuyen al desarrollo agroalimentario sostenible del país, creando valor y proponiendo soluciones innovadoras a los agricultores, socios estratégicos y la sociedad, generando una rentabilidad social que varía entre 15% y 25%, por cada peso invertido en cada uno de sus proyectos.

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