Evo Morales pretende regular las redes sociales tras su derrota en el referéndum

Luego de la victoria del «No», el oficialismo responsabilizó a Facebook y Twitter de su fracaso. Sin embargo, analistas aseguran que las reales causas están más ligadas a los escándalos políticos que protagoniza.

Luego de la derrota que sufrió Evo Morales en el referéndum con el que buscaba poder repostularse como candidato a la presidencia en 2019, el debate político ha estado teñido por la influencia que tuvieron las redes sociales en los resultados de los comicios.

Tanto así que el oficialismo boliviano discute la idea de legislar sobre el rol y la influencia de Internet, luego de que el Mandatario acusara que las redes sociales fueron usadas para difamarlo como parte de una «guerra sucia» de la oposición y que finalmente fueron las responsables de su derrota en las urnas.

«Alguien dijo: las redes sociales son como una alcantarilla y por ahí toda la basura se va; así son más o menos las redes sociales, que dan mensajes anónimos y no se identifican», señaló Morales tras darse a conocer los resultados de la votación en que el 51,2% respaldó el «No».

«Vamos a respetar las redes sociales, es una forma de comunicación. Ahora hay que ver cómo evitar que nos estén acusando, difamando con mentiras, sin identificarse, eso deberíamos discutir todos», agregó.

Cuánto afectaron las redes sociales Según el analista político de la Universidad Mayor de San Andrés en La Paz, Franco Gamboa, sí hubo campañas de desprestigio en contra del Mandatario.

Sin embargo, cree que no se puede establecer que fueron trascendentales para los resultados del referéndum. «El impacto tiene que ver con las personas que tienen acceso a este servicio.

En el área rural este tipo de campaña no ha tenido un impacto directo», señaló a Emol y agregó no se puede atribuir a las redes la derrota del Mandatario.

«Creo que no es aceptable, no se condice con la realidad. El voto se informa no necesariamente de las redes sociales (…) en ellas además de los insultos no hay una reflexión cabal sobre la democracia, por lo tanto, su impacto ha sido menor», enfatizó el experto.

Para Gamboa, que el Gobierno y sus adherentes culpen a Internet responde a una forma de excusarse ante el fracaso del pasado 21 de febrero.

«El equipo de estrategas del Presidente y la enorme campaña de entrega de obras que ha desarrollado el Poder Ejecutivo en favor del ‘Sí’, ha sido insuficiente para convencer a la población», aseguró.

Por su parte, el analista internacional de la Universidad de Valparaíso, Guillermo Holzmann, comenta que el rol de páginas como Facebook y Twitter tiene relación más bien con la creación de una agenda mediática y no de una decisión.

«Logran generar opinión sobre una diversidad de temas pero su nivel de impacto en el cambio de comportamiento electoral es bajo (…) generan la instalación de temas en la agenda pública, pero son muy coyunturales y no logran tener el impacto político que se les da», sentenció el académico chileno.

Y respecto a la eventual legislación que pretende el oficialismo para restringir la propagación de información a través de las redes sociales, el experto de la Universidad de Valparaíso, señaló que Morales «está haciendo una mala evaluación».

«Los intentos de control de libertad de expresión realizados en otros casos (…) han logrado una limitación, pero no han evitado que la gente tenga acceso a información por medios alternativos», sostuvo.

Escándalos y baja en la credibilidad Aún así, el principal factor al que se le atribuye la pérdida de apoyo al jefe de Estado del país altiplánico, es su vínculo con Gabriela Zapata, gerente comercial de la empresa china CAMC Engineering y ex pareja de Morales con quien tuvo un hijo, en un principio declarado muerto por el mismo Mandatario, pero que aparentemente estaría con vida.

El escándalo liga al Presidente boliviano con el delito de tráfico de influencias, luego de que se descubriera que la empresa liderada por Zapata, hoy detenida e imputada por corrupción, se adjudicó 500 millones de dólares en proyectos estatales. «Este caso ha tenido un impacto mayor que las redes sociales.

Salió en un momento en que el Mandatario estaba comprometido con una campaña, donde su imagen lo hacía ver como insustituible (…) despertó una suerte de desconfianza en la población», explicó Gamboa, quien asegura que las acusaciones se viralizaron a través de internet, pero también fueron cuestionadas en otros sectores y áreas de la sociedad.

«Generó un cuestionamiento por la negación que hace inicialmente Evo Morales y su posterior reconocimiento. Lo que se dañó ahí es la credibilidad, que era uno de sus principales capitales políticos. Eso influyó en que muchos de los que lo apoyaban antes, hoy dejaron de hacerlo», sentenció Holzmann, por su parte.

Aún así, las iniciativas por poner límites a Internet ya fueron puestas en marcha. Un sindicato oficialista y un diputado afín al Gobierno anunciaron un proyecto de ley sobre el uso de las redes sociales, el que deberá ser discutido ahora en el Parlamento.

Fuente: Emol.com

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