2018, el año de las fake news. ( por Rodrigo Rojas Veas . Rector Santo Tomás Copiapó ))
Como cada fin de año viene el tiempo de los balances, de los resúmenes y de los recuerdos sobre lo mejor y peor ocurrido en estos 12 meses. Como siempre la atención se centrará en aquellos hechos de mayor relevancia e impacto público, quedando el sustrato, aquello que explica el por qué los hechos suceden de una determinada forma, fuera del conocimiento de muchos impidiendo su comprensión.
En lo visible, surge nítidamente como el principal actor que ha impuesto los temas que marcaron la agenda internacional, el presidente Donald Trump. Con su estilo poco ortodoxo ha puesto de cabeza al establishment político mundial, a los países y a los organismos multilaterales. Muestra de ello son la guerra comercial entre Estados Unidos y China que tiene en vilo a la economía mundial y su posición en temas migratorios, en los que ha impuesto una lógica unilateral cuyo símbolo es su pretensión de construir el muro divisorio en la frontera con México, primero exigiendo a sus vecinos que debían financiarlo y ahora mismo en estas semanas sosteniendo una dura confrontación con la oposición demócrata que se niega a otorgarle el financiamiento para dicha construcción, todo lo que ha llevado al cierre casi total del gobierno federal y sus servicios. Así también hemos sido testigos de la marcha de inmigrantes centroamericanos que desean ingresar a Estados Unidos y que hoy sobreviven en la frontera sin poder concretar sus intenciones. Ambos hechos son símbolo de la intransigencia y de la falta de capacidad de los Estados y sus gobiernos. Sin dudas, en el concierto internacional Trump seguirá marcando la agenda.
En un plano regional, Latinoamérica se sacudió con la elección de Bolsonaro como presidente en Brasil, hecho que marcó un movimiento tectónico en la configuración del mapa político de la región, la que venía mostrando signos de un cambio de tendencia en los gobiernos moviendo su eje hacia la derecha.
En lo nacional, la movilización feminista de principios de año, la situación de la Araucanía y los hechos acaecidos en Carabineros, constituyen a mi juicio los hechos más relevantes sobre los que ha girado gran parte de la atención pública y se ha configurado el debate sobre la contingencia.
A mi juicio, es necesario señalar como el factor más relevante que cruza y subyace en el quehacer de muchos ámbitos, la consolidación de la tendencia a difundir por parte de connotados personajes, sus entornos e incluso instituciones, lo que la prensa ha denominado como las “Fake news”, las noticias falsas que son propagadas aun a sabiendas de esto, en un ejercicio perverso que cada vez adquiere mayor fuerza en las redes sociales y en la prensa.
El necesario debate sobre los límites y el rechazo de esta nociva práctica debe convocar a la opinión pública, pues sus alcances son insospechados y debilitan a las personas, las instituciones y la comunidad.
