AUDIO: “Pobreza y crecimiento económico; la gran deuda”: Por Álvaro Iriarte Director de Investigación Instituto Res Publica

El 2016 llega a su fin, y sabemos que no ha sido un buen año. No es de extrañar si se considera la delicada situación económica por la que atraviesa el país, cuyos efectos lamentablemente sienten miles de familias en Atacama y a lo largo de todo Chile.

El 2016 fue el peor año en décadas en lo que se refiere a desempeño de la economía chilena. Como crónica de una muerte anunciada, pero que no por eso deja de ser una penosa realidad, el Banco Central rebajó la proyección de crecimiento para este año a 1,5% y de acuerdo a lo señalado por dicha institución, así como por los expertos en la materia, todo indica que el 2017 no será mucho mejor.

En materia de reducción de pobreza se sienten los efectos del pésimo desempeño económico: la encuesta CASEN 2015 permite concluir que, si bien disminuye la pobreza, el ritmo de reducción de la misma es mucho menor. Si en el período 2009-2013, la disminución de la pobreza anual alcanzó a 427 mil personas en situación de pobreza por ingresos y 250 mil personas en situación de pobreza multidimensional respectivamente, en el periodo 2013-2015 solo dejaron la pobreza por ingresos 217 mil personas y 49 mil dejaron la pobreza multidimensional.

A nivel regional, la pobreza por ingresos prácticamente no sufrió variación entre la CASEN 2013 y la CASEN 2015, mientras que la pobreza multidimensional retrocedió solo un 4%. Estos resultados son a su vez, producto de la desaceleración de la economía. A estas alturas nadie discute que el responsable es el clima ideológico y antiempresarial del gobierno, recogido en la reforma tributaria y su efecto negativo en la inversión. Atacama está dejando de ser una tierra de oportunidades, con lo que se estanca la movilidad social.

Los pronósticos indican que el 2017 Chile crecerá en torno al 2%, muy por debajo del crecimiento experimentado hace tan solo unos años. Todos sabemos que el crecimiento económico es un factor crucial para el progreso social y para que todos los chilenos vivan mejor. Hay que asumir la necesidad de recuperar el crecimiento, de lo contrario la batalla contra la pobreza será cada vez más difícil de ganar.

 

 

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