OPINIÓN

Cambio de opinión sobre la izquierda ( Patricio Urquieta García, ex Intendente de la Región de Atacama )

 

 

Los constantes cambios de opinión del Presidente Boric no representan un cambio del pensamiento, ni menos aún una estrategia que defienda y levante a Chile.  Lo evidente – la ciudadanía ya lo advirtió – es que el Presidente muestra una posición que no es sincera.  La ausencia de razones que justifiquen un cambio de opinión impiden entender lo que lo motiva, y abren un espacio argumental a sus ministros y seguidores, que al final revelan que el cambio es falso.

 

La razonabilidad de una versión exige coherencia con la realidad, y dado que el actuar se opone a su discurso, las declaraciones del Presidente Boric carecen de aquella.  El apoyo que el Presidente Boric dijo dar a los liceos bicentenario, el Ministro de Educación se encargó de aclarar que era falso, porque la misión de este Gobierno es eliminarlos para dar la misma educación a todos; el respaldo del Presidente a Carabineros, cuando los parlamentarios de izquierda rechazaron las propuestas de fortalecimiento del sistema de inteligencia, el control de armas y el combate al narcotráfico, no parece creíble; y su declarado respeto a la decisión de Chile que rechazó el resultado del proceso constitucional, en circunstancias de que continúa impulsándolo aún cuando todos le han dicho que lo más importante es la seguridad y la economía – no una nueva constitución –, también se desvanece.

 

La reiterada falta de coherencia de este Gobierno no sólo es sinónimo de una debilidad política, sino que mina la estabilidad institucional.  La estabilidad – requisito fundamental para revertir el escenario inflacionario y fuente de fortaleza de la actuación pública – no se logra con plebiscitos o elecciones en cada materia a decidir (asambleísmo izquierdista), sino brindándole respaldo (real) a las instituciones.  No hay un verdadero respaldo institucional porque no lo desean.  El comunismo necesita el conflicto civil y la inestabilidad institucional para apoderarse de la sociedad.   Para el Gobierno – según la economista referente del Frente amplio – “Chile es un experimento para matar el neoliberalismo”. Su propuesta – que desconoce el avance de 40 años – es que el Estado emprenda, y que Chile forme alianzas con los países progresistas. Digámoslo en español, propone que tengamos las empresas estratégicas a cargo de funcionarios públicos, subir los impuestos a la gente para que sea aún más caro vivir, y que formemos una sociedad con los países latinoamericanos que tienen menores niveles de ingreso, menores niveles de desarrollo humano y un precario horizonte de prosperidad.

 

La seguridad y la economía no pueden mejorar con las ideas y actuaciones que hoy prevalecen en la izquierda, y en consecuencia ésta no muestra aptitud para gobernar.  Si quieren que la gente decida, permítanle entonces una nueva elección presidencial, porque la gente, con buenas razones, al parecer también cambió de opinión.

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