Chile con gusto a poco ante Colombia

Colombia jugó al empate en el Nacional y consiguió su objetivo. La Roja buscó, pero careció de la precisión suficiente para romper el cerrojo de los cafetaleros. Un empate con sabor amargo para Chile que pierde el liderato de las Clasificatorias.

 

Fue amargo. Un café sin azúcar para la Selección que no pudo continuar con su tranco ganador. El planteo de Pekerman y Colombia fue inteligente. Agazapado, esperó la oportunidad propicia para golpear de contragolpe y al final, la idea les resultó.

Ni bien arrancó el partido, Chile se fue con todo contra el arco de Ospina. Alexis Sánchez obligó a su compañero en Arsenal, en el amanecer del encuentro, y evitó el primer grito del Nacional. El primer cuarto de hora fue de dominio absoluto para el equipo de Sampaoli, pero sin generar mayor peligro.

Fue lo que aprovecharon los caribeños. El primer contragolpe bien armado fue un coscorrón de alerta para la zaga chilena. Si no era por Arturo Vidal, lejos el mejor de Chile, podría haber caído el primero de la visita.

A los 21 minutos volvieron a avisar. Mejía disparó dentro del área y Claudio Bravo tuvo que volar sobre su derecha para mandarla al córner cuando los cinco mil colombianos ya gritaban el gol. Era un partido parejo a esas alturas. Chile mantenía la posesión y Colombia esperaba para salir de contra.

Cuando parecía que el primer acto se iba en cero al descanso, se abrió una ventanita desde un tiro libre. Matías Fernández, de correcto desempeño, puso un centro perfecto, preciso a la cabeza del «Rey» y a celebrar. Vidal confirmaba con la apertura de la cuenta el tremendo despliegue en el centro del campo que lo tuvo como la figura de la Roja.

El comienzo del segundo tiempo fue casi igual al primero. De entrada, amarilla a Zapata en el borde del área por foul a Alexis. Sin embargo, el tocopillano no pudo capitalizar desde el tiro libre. Mejor le fue a la pelota parada de Matías Fernández. Desde posición similar, Ospina tuvo que volar y poner la mano en el ángulo para evitar el segundo de Chile. Esa fue la última de real peligro. Después, el equipo se asentó y comenzó a ceder terreno.

A los 55 entró Cardona y se notó su manejo. Diez minutos más tarde, otra vez Arturo Vidal recorrió 40 metros para poner una pierna salvadora que mató el incendio en otro de los contragolpes cafetaleros.

Pero Chile entregó tanto espacio y tantas pelotas, entre la imprecisión y la férrea marca que no dejaba que Valdivia distribuyera tranquilo, que Colombia se envalentonó y fue adelantando sus líneas. Muriel se soltó de la marca de Isla por la izquierda, pilló a la zaga nacional corriendo contra su arco y mandó el centró atrás para que James Rodríguez pusiera el empate con la diestra.

Se esperaba una reacción de Chile, como antes las tuvo, pero no. El libreto del equipo de Pekerman funcionaba, el traslado de la Roja seguía siendo sucio y no lograba romper la muralla amarilla. De hecho, fue la Roja la que pasó más susto en la recta final. Los colombianos pidieron un penal de Gonzalo Jara en el minuto 76 que el árbitro no vio. Cardona diez minutos después obligaba a Bravo a tapar con lo justo. Y así pasaron los minutos hasta el final.

Un empate agrio, deslucido. Fue un partido bajo de un Chile que no supo resolver el crucigrama caribeño y no pudo mantener el control. Sigue el invicto en el Nacional y en Clasificatorias, pero no se sumaron los tres puntos que mantenían a la Roja como líder junto a Ecuador. Sin duda, el café estuvo amargo en el Nacional. Ahora, a pensar en Montevideo.

cdf

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