Crítica y autocrítica, un sano ejercicio luego de elecciones municipales 2016: Por Carlos Pérez Gutiérrez, Presidente Regional del PPD Atacama.

Después de las elecciones municipales, ha quedado en evidencia que la coalición de gobierno, a la cual pertenece el Partido Por la Democracia, está todavía unida por febles vínculos de conveniencia, más que por profundas y serias convicciones de gobernabilidad. Y claro, a la luz del accionar de una parte de la colación, que ha entorpecido el programa de reformas, que ha criticado abiertamente a la Presidenta y que en definitiva, no ha mostrado ni coherencia ni lealtad con el Gobierno, ésta afirmación queda constatada.

 

Y en éste contexto nacional, creo que es el momento de analizar y realizar una sana crítica y autocrítica respecto al accionar de los partidos de la coalición en la región de Atacama, siendo una región de izquierda y que se identifica mayoritariamente con el gobierno de la Presidenta Bachelet. No por nada, ésta región ha obtenido contundentes triunfos para las fuerzas de izquierda y el progresismo.

 

Desde mi perspectiva, creo que no es posible hacer el análisis sin pasar las cuentas en donde corresponda, ya que resulta innegable que los intereses personales y posiciones individuales, el egoísmo y personalismos le hicieron un serio daño a las confianzas, no solo al interior de la Nueva Mayoría, sino que también de cara a la ciudadanía, la que ya no logra entender ni las posiciones ni las actuaciones de algunos de los dirigentes y militantes de la Nueva Mayoría.

 

En tal sentido, sería bueno conocer si el Partido Radical y el Partido Socialista asumirán la responsabilidad que les cabe, ya que dirigentes y militantes de ambos partidos, incluyendo sus parlamentarios, alentaron y propiciaron el desorden y que se traduce en una falta de lealtad a los acuerdos que hacen posible sustentar la coalición. Personalmente puedo entender que los acuerdos nacionales, y sobre la cual se hacen las negociaciones entre los partidos, no son necesariamente respetuosas de las realidades locales y regionales, pero dicho eso, no se puede justificar, a partir de aquello, que dichos partidos, y por sobre todo, los parlamentarios que representan a ambos partidos, Robles y Cicardini, hagan lo que se les antoje y que pongan en riesgo lo que a todo un colectivo le ha costado levantar y sostener. Si se es consecuente, se debe pedir primarias a todo evento, y superar de una buena vez la lógica del que tiene mantiene.

 

En primer lugar, creo que no se debe pasar por alto, que sólo por conveniencias electorales y cálculos mezquinos, se haya intentado llevar, como parte de los candidatos de la Nueva Mayoría, a dos personajes poco confiables como lo son Maglio Cicardini y Osvaldo Delgado en Copiapó y Tierra Amarilla respectivamente, sobre todo si consideramos las múltiples denuncias y evidencias de falta de probidad y prácticas poco claras en las que se vieron envueltos durante su gestión edilicia. Sería bueno, por transparencia y por la necesaria buena convivencia, saber quien estuvo detrás de esa operación, que solo logramos paralizar con el rápido accionar y convicción de quienes dirigimos los partidos de la Nueva Mayoría en Atacama.

 

Por su parte, la situación vivida en Vallenar y propiciada e impulsada por el Diputado Robles, dio pie a que, no sólo se desconociera al candidato de la Nueva Mayoría en dicha comuna, sino que también posibilitó que una parte significativa del PS, junto al PR, apoyaran por fuera a un candidato que no era parte del acuerdo electoral, y todo con la ausencia absoluta de pudor y respeto a los acuerdos que hacen posible la coalición de gobierno.

 

La nueva mayoría ha logrado triunfar en Atacama porque se impuso la unidad y la lealtad, a pesar de actitudes irresponsables y personalistas, como los ejemplos de la Diputada Cicardini y el Diputado Robles. Logramos triunfar porque la comunidad confió una vez más en nosotros y en nuestros líderes, tal como fueron los triunfos de Brunilda González en Caldera y Rodrigo Loyola en Huasco, porque la ciudadanía les conoce y sabe perfectamente de sus capacidades de conducción y gestión. Pero también logramos ganar porque partidos como el PPD, que me toca conducir, fueron generosos, apostando por a la unidad, poniendo el interés colectivo por sobre el individual y apoyando con todo lo que teníamos, a todos los candidatos de la coalición en la región de Atacama.

 

El escenario político nacional y regional no está para improvisaciones y aventuras personalistas. Si queremos ser una vez más alternativa de Gobierno para la ciudadanía en las próximas elecciones presidenciales, debemos dar muestras de gobernabilidad, orden y por sobre todo de credibilidad, sin la cual no podremos nuevamente llamar a confiar en nuestra coalición a los electores.

 

 

 

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