DEPORTES

Djokovic vence a Shapovalov y jugará su séptima final en Wimbledon

Jugará contra el italiano Berrettini, séptimo del ATP

 

Novak Djokovic está en un momento de su carrera en el que gana casi sin querer. No le hace falta siquiera ser el mejor en un partido para llevarse la victoria. Le basta con dejarse llevar por su ilimitada ambición, por su sed de gloria para salir airoso de las situaciones próximas a alguno de sus objetivos. Eso fue lo que pasó este viernes en las semifinales de Wimbledon. El serbio venció en tres sets a Denis Shapovalov, que hizo méritos para ganar al menos uno y tuvo muy cerca esa posibilidad, pero dejó escapar repetidas veces al número uno del mundo y cayó por 7-6 (3), 7-5 y 7-5 en dos horas y 44 minutos. “En los dos primeros sets, Denis ha sido mejor que yo”, reconoció el vencedor. “Es un gran jugador y le veremos por aquí en el futuro”, le elogió. “Siempre soñé con ganar aquí y el sueño continúa”, expresó.

Djokovic jugará por séptima vez la final del torneo británico, 30ª de Grand Slams, el domingo (15:00) ante Matteo Berrettini. Está un solo paso de ganar su 20º major e igualar el récord masculino que comparten Rafa Nadal y Roger Federer, que están viendo desde sus casas como puede comerles más terreno su eterno rival. Nole sigue imparable sobre la hierba del All England Club, donde acumula 20 victorias consecutivas. Su regularidad es tremenda: ha ganado 16 de las últimas 17 semifinales de Slam que ha jugado. “Adoro escuchar las estadísticas. Es un privilegio hacer historia en un deporte que amo, me motiva y me inspira, pero a la vez debo tener un balance para saber que lo que tengo que hacer es ganar el próximo partido, y en este caso es una final”, explicó.

Shapovalov creía en sus posibilidades de sorprender a Djokovic y lo hizo de salida. De hecho, fue por delante en el marcador de los tres sets y con múltiples opciones de quiebre, pero el primero se le escapó cuando sacaba con 5-4 para ganarlo y más tarde en un desastroso desempate; el segundo lo perdió tras desperdiciar cinco puntos de break y encajar el único que tuvo el balcánico; y el tercero, en el que sufrió mucho al servicio, se le fue por la gatera por culpa de un mal juego.

Djokovic rugió como un león y, acto seguido, sacó para ejecutarle si piedad, con dos aces. Pocas veces un rival suyo en hierba estuvo tan cerca y a la vez tan lejos de vencerle. Por eso se marchó entre lágrimas. El hecho es que parece imbatible y ya sólo hay un jugador, Berrettini, que puede separarle de poner el triple empate en la lucha por los Grand Slams

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