REGIÓN ATACAMA

El adiós a Danilo Octavio Bruna, amante de la poesía y de Atacama

Dejó de existir el reciente fin de semana

 

En una publicación de sus redes sociales el historiador Vidal Naveas Droguett , dio a conocer la lamentable noticia en medio de otras que marcaron la pauta a nivel nacional , el 27 de abril.

Danilo Octavio Bruna, nació en Combarbalá, el 20 de junio de 1947. Se crió en la sequedad de las salitreras, particularmente en las del Cantón Taltal.

Llegó a Copiapó en el año 1963, cuando tenía 14 años de edad. Estudió en la vieja Escuela de Minas y finalizó sus estudios en el Liceo de Hombres de Copiapó en los cursos vespertinos, porque hubo de trabajar en una imprenta para costear sus estudios; conociendo todos los oficios de este rubro. Eso fue crucial para aprender una de sus pasiones, la restauración y encuadernación de libros.

En aquel tiempo, encontró que la poesía era lo suyo y siendo un adolescente, junto a Jair Carvajal, Alejandro Aracena, Juan García Ro, Nalki Pesenti, Eduardo Aramburu, crearon la Sociedad de Escritores de Copiapó. En el año 1979 ingresó al Museo Regional Atacama, donde con sus ganas de saberlo todo, se hizo investigador de historia. Se convirtió un bibliófilo e historiógrafo, hombre requerido a pesar de no haber estado en alguna universidad. Y siempre compartiendo sus conocimientos.

Participó en diversos encuentros de poetas en Chile, Argentina, Uruguay y Perú. Fue ganador en distintas categorías en concursos literarios a nivel regional y nacional. Antologado en diversas publicaciones con cuentos y poemas, generalmente ambientados en el desierto y en el Valle de Copiapó.

En aquel tiempo, encontró que la poesía era lo suyo. Y siendo un adolescente, junto a Jair Carvajal, Alejandro Aracena, Juan García Ro, Nalki Pesenti, Eduardo Aramburu, crearon la Sociedad de Escritores de Copiapó.

«Danilo, nos ha dejado, ha partido al más allá hoy por la tarde del 27 de abril de 2024. La noticia corrió como reguero de pólvora. Toda la región, los que lo conocimos, lamentamos su partida. Quise decir algo, pero, para hablar de Danilo, creo que nos faltaría papel, a pesar de ser un hombre tan sencillo, simple y voluntarioso».

Porque además eso es lo que siempre escuché de él, o lo que comentaban aquellos que alguna vez necesitaron de sus servicios: «Revíseme estos escritos; deme su opinión de esta poesía; ayúdeme con un dato histórico».

De su gran cantidad de poesías, he escogido esta de flores y esperanzas, para rendir un homenaje a su calidad de hombre de las letras y cultura atacameña.

DESIERTO FLORIDO

En mi triste desierto, candente y salobre, detenido en el tiempo de nieblas y soles, nada presagiaba un posible destello de vida, que arraigase en sus cerros de cobre.

siempre el sol hastiado del mismo paisaje, siempre el viento danzando en los suaves arenales y las madrugadas, a través de los años todo lo nublaban con sus baños glaciares.

Pero un día de lluvia descendió jubilosa, y el milagro del agua penetró en las arenas; El don de la vida desprendió su letargo, floreciendo, en mil formas, por entre las piedras.

Y después, mi desierto cubierto de flores, al querer describirlo temblaba mi voz; comprendí que aquella explosión de colores se advertía, palpable, la presencia de Dios.

 

Gentileza Vidal Naveas Droguett (historiador)

 

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