Fiscalía alemana asume que Madeleine McCann «está muerta»
Sobre el nuevo acusado, las autoridades indicaron que «es un depredador sexual» condenado por crímenes contra niñas.
La Fiscalía alemana aseveró que este jueves que se asumió que Madeleine McCann, la niña británica desaparecida en 2007 en Portugal en medio de un viaje familiar de vacaciones, «está muerta» pese a los últimos avances registrados en el caso.
Hans Christian Wolters, de la Fiscalía de Braunschweig, aseveró que ha habido avances luego de la aparición de un nuevo sospechoso, siendo este un reo en una cárcel germana, pero que ello no implica que McCann esté con vida.
«Con el sospechoso, estamos hablando de un depredador sexual que ya ha sido condenado por crímenes contra niñas y que ya está cumpliendo una larga condena», agregó.
Recordar que este miércoles se dio a conocer que el acusado, un hombre de 43 años, podría estar involucrado en la desaparición que hasta el día de hoy se mantiene sin respuestas
Los padres de Madeleine, Kate y Gerry McCann, destacaron que el último desarrollo fue «potencialmente muy significativo», dijo el portavoz de la familia.
LA DETENCIÓN DE UN NUEVO SOSPECHOSO
El alemán preso que la fiscalía alemana de Braunschweig investiga como sospechoso del asesinato de la niña británica Madeleine McCann fue condenado en varias ocasiones por crímenes sexuales, incluidos abusos a menores, según la Oficina Federal de la Policía Criminal (BKA).
En la actualidad el individuo, de 43 años, está cumpliendo una condena de larga duración por un delito no relacionado con ese caso, precisó la BKA tras difundirse en el Reino Unido la apertura de investigación, resultado de la cooperación de policías alemana, británica y portuguesa.
Según comunicó la policía alemana, el hombre vivió en el Algarve portugués entre 1995 y 2007, ocupando durante un tiempo una vivienda situada entre Lagos y Praia da Luz, cerca de donde desapareció Madeleine en 2007, que a la sazón tenía 3 años.
En su comunicado la BKA precisa que al ciudadano alemán se le investiga por el cargo de «sospecha de asesinato» de la niña británica.
El sospechoso se mantenía durante este tiempo a través de trabajos ocasionales en el sector de la hostelería, aunque también hay indicios de que se financiaba a través de delitos como robos en hoteles y apartamentos de vacaciones y tráfico de drogas, según la BKA.
