Rousseff visita a Lula y juez dice que interrogatorio no anticipa culpa de ex presidente

Mandataria estuvo una hora en el departamento de su mentor en Sao Bernardo do Campo. «Medidas de investigación buscan solo el esclarecimiento de la verdad», afirmó juez Sergio Moro.

Entre gritos de seguidores del gobernante Partido de los Trabajadores (PT) de que “no habrá golpe”, en referencia a la posible apertura de un juicio político en el Congreso y que podría costarle el cargo, la Presidenta brasileña Dilma Rousseff visitó ayer en su residencia a su antecesor y padrino político, Luiz Inácio Lula da Silva, un día después de que el ex mandatario fuera blanco de la mayor investigación por corrupción en la historia del país.

La mandataria llegó a las 13.25 al domicilio de Lula, acompañada de su jefe de gabinete Jaques Wagner, informó el diario Folha de Sao Paulo. Allí fue recibida por unos 300 simpatizantes -según la Policía Militar- que se congregaron en las puertas del edificio, situado en el municipio de Sao Bernardo do Campo, en el área metropolitana de Sao Paulo. La cadena de televisión Globo aseguró que  Rousseff hizo la escala antes de continuar su viaje a Porto Alegre, donde la jefa de Estado tiene su domicilio particular y esperaba pasar el fin de semana sin compromisos oficiales.

Rousseff llegó en un vehículo, con la ventana abajo, y entró en el garaje del edificio sin parar en la calle, tras lo cual salió, junto a Lula y su esposa, Marisa Letícia, para saludar a los correligionarios desde el balcón del departamento. Desde allí, con el puño izquierdo alzado, la mandataria saludó a los simpatizantes, quienes coreaban “Lula, guerrero del pueblo brasileño” ondeando banderas y camisetas rojas del PT, consignó Ansa. Rousseff permaneció cerca de una hora en el departamento de Lula, consignó el diario O Globo.

El ex líder sindical, minutos antes, había bajado de su departamento y salido hasta las afueras del edificio para saludar y mezclarse con los militantes, muchos de ellos que permanecieron en el lugar durante toda la noche en solidaridad con el político. “Sólo he venido a saludar a los compañeros que están aquí y a agradecer la solidaridad”, dijo Lula en medio de la ovación de los manifestantes.

Lula fue objeto el viernes de una nueva fase de la operación que busca esclarecer el esquema de corrupción enquistado en la petrolera estatal Petrobras y que comenzó a primera hora de ese día con la llegada de la Policía Federal a la casa del ex mandatario, que fue llevado a una comisaría para declarar durante más de tres horas.

El ex gobernante dijo después que se había sentido “prisionero” y criticó la “ofensa” que, según él, supuso el interrogatorio al que fue sometido. Rousseff, por su parte, se mostró “indignada” por las medidas coercitivas impuestas a Lula.

Lula participó en la noche del viernes de un acto político en el que denunció la “persecución” en su contra, manifestó ser “inocente” de las acusaciones por blanqueo y enriquecimiento ilícito y aseveró que los opositores tendrán que derrotarlo políticamente “en las calles”.

Varias movilizaciones a favor y en contra de Lula se realizaron el viernes en las principales capitales del país. “Lula ladrón, basta de corrupción, la hora llegó, corrupto”, fue el mensaje que apareció escrito ayer en una de las paredes de la fachada del Instituto Lula, en Sao Paulo. Esa institución fue uno de los varios locales registrados el viernes en el marco del operativo policial, entre ellos la propia residencia del ex mandatario.

“Esclarecer la verdad”

En tanto, el juez federal Sergio Moro, quien conduce el caso por el escándalo de corrupción en Petrobras, afirmó ayer que el interrogatorio policial al que fue sometido Lula el viernes no anticipa la “culpa” del ex mandatario.

“Medidas de investigación buscan solo el esclarecimiento de la verdad y no significan la anticipación de culpa del ex presidente”, señaló Moro en un comunicado sobre la declaración obligatoria ante las autoridades de Lula y el registro el viernes a su casa, sus oficinas y otras propiedades de sus familiares y allegados.

“Se lamenta que las diligencias hayan conducido puntuales enfrentamientos en manifestaciones políticas inflamadas, con agresiones a inocentes y eso era exactamente lo que se pretendía evitar”, como justificaron los fiscales del caso, agregó Moro.

El juez también repudió los “actos de violencia de cualquier naturaleza, origen y dirección, así como la incitación a la práctica de violencia, ofensas o amenazas a quien quiera que sea, a investigados, a partidos políticos, a instituciones constituidas o a cualquier persona”.

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