ATACAMA

Guillermo Cortés Lutz en Maray: “12 de mayo de 1859, batalla de Copiapó, el fin de la revolución constituyente”.

 

El doctor en historia, director del museo regional de Atacama e integrante del Grupo de Estudios de Atacama contextualizo en “Maray” los hechos de esta gesta histórica.

 

El Historiador señaló en “Maray” que el año 1859, Atacama lideró  un movimiento armado, llamado la Revolución Constituyente,  que buscaba mayor participación de las provincias en la vida de la república,  terminar con el centralismo abusivo  de Santiago, cambiar la constitución autoritaria de  1833 y evitar que el presidente de la Época, Manuel Montt, dejara como sucesor  a Antonio Varas.  Este movimiento rebelde tuvo  termino  con la Batalla de Copiapó,  el 12 de mayo de 1859.

En lo medular este período  se caracteriza por la acción del Calderino don José Sierra,  último Intendente del movimiento constituyente,  podemos resumir  los hechos de e la siguiente forma:  Con posterioridad al triunfo de  las tropas  atacameñas en la quebrada de Los Loros,  en las cercanías de la ciudad de La Serena, el 14 de marzo de 1859,  y a la derrota en Cerro Grande (  entre La Serena y Coquimbo , en  de abril de 1859),  las tropas atacameñas  vencidas vuelven a Copiapó  y el líder  Pedro León  Gallo,  debe huir  a San Juan, Argentina.

Esta situación, a diferencia de lo que se podría pensar, no sumerge a Copiapó y Caldera en una crisis; si bien es cierto la plutocracia copiapina está nerviosa, las nóveles instituciones atacameñas  siguen en un principio funcionado, pero, finalmente el gobierno es entregado al  Juez Dolores Passi, con ello se suponía se restablecería en Copiapó un gobierno provisional cercano al Presidente Manuel Montt, sólo Caldera se mantenía constituyente, siendo gobernada por Anselmo Carabante, quien finalmente entrega el mando al enviado de  Juez Dolores Passi.  Mientras tanto, también  caía el puerto de Huasco en manos de los gobiernistas representado en el teniente Coronel  José Villagrán, de allí avanzarían a Vallenar y posteriormente a Copiapó, donde se suponía la situación estaba controlada.

Es en este momento cuando José Sierra, con  claridad política y intrepidez subleva al puerto de Caldera, ahora ya en su calidad de  teniente y toma la capitanía de puerto.  Caldera volvía a manos de los revolucionarios, era el momento de trasladarse a Copiapó y retomar por las armas  el gobierno revolucionario. Había llegado la hora de asumir el gobierno  constituyente y José Sierra, con el objetivo de organizar la resistencia se hace nombrar Intendente, el último, de la revolución del 59.

La Figura de  don José Sierra: La Revolución Constituyente de 1859 se visibiliza  cuando conocemos  otros  protagonistas, en  este caso  hablamos de actores  que cumplieron roles en esta trama. Esa es la situación del artesano  Calderino José Sierra. Todo nos hace suponer que este joven era de profesión artesano, que participa desde los orígenes mismos de la rebelión, es decir desde el 5 de  enero de 1859, es el último Intendente del periodo revolucionario y en opinión de los historiadores de la época  fue un hombre noble y de desarrollada conciencia política.   Diego Barros Arana y José Victorino Lastarria, dijeron de él: “Aquel intendente rudo pero noble, podía dar lecciones de hidalguía a los intendentes, a los coroneles y hasta los ministros de  Montt”.

La acción de Sierra, coincidía con la vuelta de los cazadores de África, última división revolucionaria, que al llegar a Copiapó,  sin renunciar a su ideario  busca una salida pacífica y de diálogo con las nuevas autoridades, más moderadas y del gobierno del Presidente Montt. Pero la frustración de muchos copiapinos es evidente, y comienza una suerte de profundización de las posiciones revolucionarias,  y  también de rencillas, entre ellos.

El 8 de mayo desembarcan en Caldera las tropas del ejército chileno  al mando  José Villagrán y marchan sobre la capital de Atacama,  el 12 de mayo, las tropas de gobierno llegan a Copiapó,  las tropas  constituyentes  con José Sierra, ahora al  mando de la revolución  se atrincheran en la plaza de armas. El  historiador Joaquín Fernández, nos cuenta así el desenlace de la batalla: “Cercados y progresivamente estrangulados un puñado de revolucionarios, en su gran mayoría soldado improvisados sacaban fuerzas de flaquezas para resistir una fuerza cuatro veces mayor”.

Finalmente, los revolucionarios son derrotados en la plaza de armas, sin balas y casi sin hombres, José Sierra deja de combatir y se retira de la plaza  sin ser detenido por las tropas gobiernistas, ya que al parecer el biotipo de Don José Sierra, no era lo que los  gobiernistas  buscaban, es así como el héroe de la resistencia Copiapina se pierde en la bruma siempre espesa de la historia, y  también  en la frágil  memoria histórica regional.

El 12 de mayo, se ponía fin a la revolución y sus ideales, ahora vendrían los Juicios a los copiapinos,  principalmente del bajo pueblo, producto de lo anterior  decir que   Chile  vive la sensación de inquietud política, institucional y económica,  pero,  producto de la Revolución   se logra poner fin al  delfinismo político, y el elegido del presidente Montt,  para ser su sucesor, Antonio Varas, debe dar un paso al costado. Finalmente decir que   Chile cambiaba de signo político producto del levantamiento de los igualitarios y constituyentes atacameños.

foto referencia : cuadro pintor copiapino Christian Rivadeneira

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba