INTERNACIONAL

Incertidumbre reina en Shanghái tras semanas de cuarentena

El confinamiento ha sido ejecutado tal y como ha querido el Gobierno, que busca hacer una “limpieza social dinámica”. Es decir, cortar las cadenas de transmisión entre personas y aislar a los contagiados en centros de cuarentena. No obstante, esos recintos pueden llegara a tener miles de internados, a veces en condiciones de insalubridad. En redes chinas circulan vídeos sin verificar que mostrarían la factura mental del confinamiento, como el de una persona que amenaza con suicidarse tirándose por la ventana de una de estas unidades.

Tras varias semanas de estricto confinamiento, ante su peor rebrote hasta ahora, los habitantes de la metrópolis china de Shanghái viven sumidos en la incertidumbre sin saber cuándo podrán volver a recorrer sus calles y mientras las protestas en redes sociales son acalladas por los censores.

¿Cuándo acabará todo? Es difícil predecirlo, pero no parece que vaya a ser pronto a juzgar por las declaraciones de la viceprimera ministra Sun Chunlan, la persona a la que el Gobierno central envía cuando los rebrotes se descontrolan y que coordina la estrategia anticovid de Shanghái.

“La batalla contra el virus en Shanghái se encuentra en un momento crítico, así que no debemos permitir que nadie se rinda. Cualquier relajación en las tareas anti pandémicas es inaceptable”, afirmó la emisaria de Pekín.

Con la contagiosa variante Ómicron en juego, el objetivo es alcanzar lo que las autoridades denominan “limpieza social dinámica”, un término nuevo que resume la estrategia actual: cortar las cadenas de transmisión entre la población, aislar en centros de cuarentena a los contagiados y limitar a esos recintos la propagación del virus.

Mientras tanto no dejan de surgir rumores: uno de los más extendidos asegura que el 26 de abril se reabrirán comercios y líneas de transporte público.

A ese se suma el que dice que el 1 de mayo se levantará el confinamiento, que comenzó oficialmente el 28 de marzo en una parte de la ciudad, aunque para entonces ya había zonas que llevaban semanas cerradas.

A nivel oficial no hay ninguna comunicación al respecto.

La realidad, no obstante, sigue siendo terca.

Si bien hace días la prensa oficial anunciaba con bombos y platillos que numerosas urbanizaciones ya habían sido liberadas por no tener casos durante 14 días, residentes de algunas de ellas denuncian en redes haber sido confinados de nuevo, en algunos casos, supuestamente, sin contagios que lo justifiquen.

Las dudas de la población

Otra de las grandes preguntas que muchos se hacen estos días en Shanghái es: “si todos llevamos semanas sin salir de casa, ¿cómo es que siguen surgiendo nuevos contagios?”.

Más allá del retraso a la hora de actualizar los datos, muchos han comenzado a sospechar que el virus está propagándose en las constantes rondas de pruebas masivas, prácticamente la única oportunidad de los confinados para salir de sus apartamentos.

En ellas es habitual que se junten vecinos de un edificio o incluso de una urbanización.

Así pues, tras semanas de estricto cumplimiento con los requisitos oficiales, ya hay quienes optan por desoír las llamadas a salir de sus casas para someterse a las citadas pruebas y exigen que sean los trabajadores sanitarios quienes vayan tomando las muestras puerta por puerta para evitar el contacto entre vecinos.

Algunos alegan fatiga – hay urbanizaciones en las que se hacen pruebas todos los días, en ocasiones a horas intempestivas – y otros simplemente se niegan a poner en riesgo a sus hijos y animales ante las noticias de separación de menores contagiados de sus padres o de mascotas de infectados sacrificadas a golpes a manos de agentes.

Asimismo, la disponibilidad de test rápidos de antígenos – por primera vez desde el inicio de la pandemia en China – también ha hecho que algunos se pregunten si tiene sentido seguir arriesgándose a contagiarse al acudir a las PCR pudiendo demostrar que se es negativo desde la comodidad y la seguridad del hogar.

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