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Josefina Rillon y su novela sobre adopciones irregulares: «Tiene mucho de lo que nosotros vivimos en carne propia, del dolor»

La autora chilena, hermana de un hombre a quien le mintieron y le dijeron que su hija estaba muerta para entregársela a otra familia, lanzó recientemente el libro de ficción «Volví a Nacer», en el que aborda lo que «significa perder a un hijo de esta forma».

«Es un libro que tiene mucho de la historia familiar, de lo que nosotros vivimos en carne propia, del dolor que significa perder un hijo de esta forma», revela a Emol Josefina Rillon, autora de «Volví a Nacer» (Editorial Morihue, $12.000), una novela que cuenta la historia de dos mujeres, madre e hija, que fueron separadas tras el parto y engañadas de una manera siniestra.

El libro está basado e inspirado en los casos de adopciones irregulares que ocurrieron en Chile en los años ’80, cuando una red de profesionales de la salud junto a religiosos y familiares de las víctimas, mentían a los padres de recién nacidos y les decían que sus hijos habían muerto tras dar a luz, para luego entregarlos a otras familias. Sin embargo, la novela está ambientada en Europa.

La autora es hermana de Andrés Rillon, padre de una de las guaguas que fueron adoptadas bajo este modus operandi y que logró reunirse con su hija más de 20 años después, tras una intensa búsqueda.
«El caso específico de mi hermano sale de la norma de lo que sucede con muchos niños robados al nacer. Tiene otras aristas su historia», asegura Rillon.

Es por esto que, a pesar de que en un comienzo la autora pensó en escribir el libro como una biografía de su hermano, decidió finalmente basarse en esa experiencia y muchas otras que conoció cuando salió a la luz el escándalo.

Rillon leyó más de dos mil casos de personas que buscaban a sus familiares sospechando que habían sido víctimas de estas adopciones ilegales. «Muchos eran casos como los que yo narro en el libro, que son mujeres que llegaban a los hospitales muy pobres, vulnerables, tenían su guagua y la red de matronas, doctores, enfermeros, veían la posibilidad de entregarla a través de estos doctores a personas del barrio alto que querían adoptar», cuenta.

«A la mamá le decían que la guagua había nacido pero había muerto inmediatamente antes de nacer por múltiples malformaciones y que la habían dejado para estudio. Lo que pasaba es que, cuando la mujer tenía la guagua, inmediatamente le ponían una inyección (a la madre) y la hacían dormir. Entonces, despertaban queriendo ver a su guagua y ésta ya no figuraba».

Fuente: Emol.com

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