La polémica por la detención del máximo ejecutivo de Facebook para Latinoamérica

Representante de la empresa fue encarcelado por no dar acceso a cuentas de WhatsApp a la policía. Episodio reabre discusión sobre qué es más importante, si la seguridad de un país o la privacidad personal.

El debate sobre si es ético obtener los datos de un celular anteponiendo la seguridad nacional del país por sobre la privacidad personal, no sólo se vive en EE.UU., donde la discusión incluso escaló hasta el Congreso, donde Apple y FBI midieron fuerzas, sino que se ha expandido a otros países.

El martes, Diego Dzodan, vicepresidente de Facebook para Latinoamérica y máximo representante de la compañía en la región, fue detenido en Sao Paulo, Brasil, por no entregar información de una cuenta de  WhatsApp (empresa perteneciente a Facebook) de una red de narcotraficantes en Brasil.

“Estamos decepcionados por la medida extrema y desproporcionada de tener a un ejecutivo de Facebook escoltado hasta la comisaría, debido a un caso relacionado con WhatsApp, que opera separadamente de Facebook. Facebook siempre ha estado disponible para responder a preguntas que las autoridades brasileñas puedan tener”, replicó la compañía en un comunicado.

Las diferencia entre el gobierno y el gigante de la mensajería instantánea se remontan a 2014, fecha desde que la policía ha estado pidiendo acceder a una cuenta de WhatsApp vinculada a un caso de narcotráfico, la misma razón por la que fue detenido Dzodan.

Incluso, el año pasado, la red de mensajería dejó de funcionar por algunas horas, precisamente como sanción por no entregar los datos.

El tribunal brasileño ha insistido, incluso multando con 12.000 dólares por cada día que la empresa se niegue a cumplir con las órdenes judiciales, pero la empresa se ha negado sistemáticamente, hasta desembocar en el arresto de su máximo representante en el país.

Facebook se defiende argumentando que ellos no guardan la información que se envía de un celular a otro, ya que va a un servidor privado y sólo se puede acceder desde el mismo celular y no de manera virtual o remota.

Romina Garrido, presidenta de la Fundación Datos Protegidos, cuenta que alguna vez también contactó a WhatsApp por un caso similar y recibió la misma respuesta.

“Hace un tiempo tuvimos un caso de una persona que estaba difamando a alguien enviando fotos ella sin ropa. Se le pidió a WhatsApp que entregara información de los mensajes y nos contestaron que ellos no almacenan los mensajes que se envían las personas”, dice.

La pregunta que se realizan abogados expertos en el tema de datos personales y privacidad, es hasta dónde  llega el límite entre la privacidad y la seguridad de las personas. “Hasta qué punto las personas tienen derecho a cifrar sus comunicaciones, en un mundo en donde se están restringiendo las libertades personales para que no vuelvan a ocurrir este tipo de cosas”, señala Pablo Viollier, analista de políticas públicas de la ONG Derechos Digitales.

El derecho a cifrar los mensajes es algo que toma importancia en estos casos. El hecho de poder mandar mensajes sin que sean vistos o tomados por estas empresas, si bien WhatsApp argumenta que no guarda respaldo de los mensajes que se envían, si puede llegar a tener acceso de los que escriben las personas. “Existen aplicaciones como Telegram, que cifran completamente los mensajes y hace que sea imposible que alguien pueda acceder a ellos” explica Garrido.

Problema global 

A raíz de la disputa de la privacidad y el cifrado de datos, es que otros gobiernos están tratando de legislar. En Francia, diputados propusieron que por cada teléfono que Apple no quiera desbloquear, la empresa reciba una sanción de un millón de euros, después de que el gobierno solicite la orden judicial respectiva.

El diputado socialista francés, Yann Galut, cree que la única forma para que las empresas entreguen la información, es por medio de sanciones. “Sólo el dinero obligará a estas empresas extremadamente poderosas a compartir la información”.  La autoridad agrega que existe un vacío legal en cuanto a la protección o cifrado de datos.

Pero Nicolás Yuraszeck, abogado de García Magliona y Cía, especialista en Derecho y Nuevas Tecnologías, dice que al acceder al WhatsApp de una persona se pueden ver comprometidas garantías fundamentales.  “Debemos recordar que acceder a un teléfono móvil en la actualidad, es entrar a un sinnúmero de datos personales (fotos, mensajes de texto o WhatsApp), por lo que obviamente existen garantías fundamentales (como la privacidad u honra) que se pudieran ver comprometidas”.

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