INTERNACIONAL

Los talibanes vuelven a prometer la reapertura de las escuelas femeninas

El Gobierno de los talibanes ha vuelto a prometer que reabrirán las escuelas de secundaria para las mujeres, a las que impiden desde hace más de un año regresar a las aulas porque, aseguran, el sistema no está adaptado de acuerdo con la sharía o ley islámica, algo que ya pocos se creen.

El nuevo ministro de Educación, el erudito conservador Habibullah Agha, aseguró esta semana durante una gira por la provincia central de Bamiyan que las estudiantes de secundaria podrán regresar a las aulas tan pronto como implementen «un mecanismo especial».

«No planificaremos (su regreso) sin un mecanismo, como hizo el Gobierno anterior permitiendo a los chicos y chicas estar juntos (en las aulas). El sistema islámico no lo permite», afirmó el ministro el martes durante uno de sus discursos en Bamiyan.

El director de Cultura e Información de Bamiyan, Saifuddin Mohammadi, confirmó este miércoles a EFE las promesas hechas por el ministro de Educación, dando «esperanzas a las estudiantes de que las escuelas (de secundaria) se reabrirán pronto, en cuanto se atiendan los problemas existentes en el sector».

A las estudiantes en la provincia, sin embargo, todo esto les parecen «excusas», un argumento que llevan repitiendo desde su llegada al poder en agosto de 2021, cuando en realidad siempre hubo segregación por sexos en las aulas.

«Son solo excusas», si se preocuparan realmente por la educación femenina lo habrían resuelto durante el último año, dijo a EFE la estudiante Nazo, que aclaró además que durante el periodo anterior a los talibanes ya no había clases mixtas.

«Tampoco estudiábamos juntos en el anterior Gobierno, lo hacíamos en diferentes colegios y, si era el mismo, en horarios diferentes», subrayó la joven.

Desde su llegada al poder hace más de un año, los talibanes han impuesto sucesivas restricciones a las mujeres en un continuo retroceso de sus derechos, como la segregación por sexos en lugares públicos, la imposición del burka o la obligación de ir acompañadas de un familiar masculino en trayectos largos.

Pese a que prometieron que habían cambiado, los talibanes han repetido el comportamiento de su anterior régimen entre 1996 y 2001, cuando en base a una rígida interpretación del islam y su estricto código social, conocido como pastunwali, prohibieron la asistencia femenina a las escuelas y recluyeron a las mujeres en el hogar.

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