OPINIÓN

Palabras y mensajes que matan ( por Rodrigo Rojas Veas , rector U. Santo Tomás Copiapó )

 

“Las palabras construyen realidad”. De seguro, usted ha escuchado esta frase que alude a que el relato que podemos hacer de algún hecho o la opinión que emitimos sobre algo configura un escenario que para nuestros interlocutores puede terminar constituyéndose en lo que se asumirá como verdadero en una determinada situación.

También hemos escuchado la aseveración “las palabras no son neutras”, la que implica que lo que decimos siempre está provisto de un significado, el que una vez decodificado por quien recibe nuestro mensaje, tendrá una u otra interpretación.

Señalo esto como introducción para referirme a hechos ocurridos en la última semana, los que precisamente tienen que ver con deslices verbales o virtuales de personajes públicos, y que han capturado la atención en la agenda mediática y en redes sociales. A saber:

. – una conocida actriz en una fiscalización de la autoridad policial reacciona de manera furibunda amenazando verbalmente con utilizar sus contactos con altas autoridades para evitar eventuales sanciones por incumplir normativas de común aplicación para todos los ciudadanos.

. – una autoridad afirma que las personas que van a atenderse a un servicio de salud y que para ello esperan, en ocasiones, largas horas, lo hacen también porque en este servicio pueden desarrollar relaciones de tipo social con otros pacientes. Luego, esta autoridad renuncia a su cargo y es reemplazada, estableciéndose que fue porque esta última declaración, que reflejó poca sensibilidad, “colmó el vaso”, siendo entonces defenestrado de su cargo. Llamativo es que, si bien su juicio fue poco acertado, haya sido por una declaración de este tenor y no por hechos anteriores que aparecían como más relevantes, el que haya perdido su investidura.

. – un dirigente estudiantil que goza de alta exposición, publica un mensaje en sus redes sociales en el que de manera explícita habla de “matar” a una autoridad. Luego y como suele suceder en el mundo de las redes sociales, argumenta que su mensaje es inocuo, que no tuvo animo de amenazar a nadie, en definitiva “que le están poniendo mucho” para desviar el foco de la atención sobre lo verdaderamente esencial. Cuesta entender este mundo paralelo de las redes sociales en la que muchos justifican sus posteos atribuyendo interpretaciones equivocas a mensajes que para cualquier persona son comprensibles de manera univoca.

Dichos y mensajes claros, que construyen una realidad que la mayoría no comparte.

 

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