INTERNACIONAL

Talibanes inician conversaciones con Occidente en Noruega

Se trata del primer diálogo oficial de los talibanes con Occidente desde que tomaran el poder de Afganistán en agosto. La crisis humanitaria y el respeto a los derechos humanos y de las mujeres son temas principales.

La crisis humanitaria en Afganistán, donde millones de personas están amenazadas por la hambruna, así como los derechos humanos centrarán las conversaciones de este domingo (23.01.2022) en Oslo (Noruega) entre los talibanes, los países occidentales y miembros de la sociedad civil afgana.

Durante una visita de tres días a Noruega, la primera en Europa desde su regreso al poder, los talibanes, encabezados por su ministro de Relaciones Exteriores, Amir Khan Mutaqqi, se reunirán con responsables noruegos y representantes de Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Alemania, Italia y la Unión Europea.

«La formación de un sistema político representativo, la respuesta a las crisis humanitaria y económica, las preocupaciones de seguridad y antiterrorismo, y los derechos humanos, en particular la educación de las niñas y las mujeres», estarán sobre la mesa, dijo el Departamento de Estado estadounidense.

Las conversaciones no son un reconocimiento a su gobierno

Los talibanes, que fueron expulsados en 2001 pero volvieron al poder en agosto tras una guerra relámpago, esperan que las conversaciones ayuden a «cambiar la atmósfera de guerra (…) por una de paz», dijo el portavoz islamista, Zabihullah Mujahid.

Ningún país ha reconocido hasta ahora su gobierno y la ministra de Relaciones Exteriores noruega, Anniken Huitfeldt, subrayó que las conversaciones «no constituyen una legitimación ni un reconocimiento».

«Pero tenemos que hablar con las autoridades que dirigen de facto el país. No podemos dejar que la situación política conduzca a un desastre humanitario aún mayor», aseguró.

Crisis económica y humanitaria

Desde agosto, la ayuda internacional que financiaba cerca del 80% del presupuesto afgano se detuvo repentinamente y Estados Unidos congeló 9.500 millones de dólares en activos del banco central afgano. El desempleo se ha disparado y los funcionarios llevan meses sin cobrar, en un país ya asolado por una grave sequía.

El hambre amenaza ahora a 23 millones de afganos, el 55% de la población, según la ONU, que ha pedido 4.400 millones de dólares a los países donantes este año.

«Sería un error infligir un castigo colectivo a los afganos solo porque las autoridades de facto no se están comportando bien», reiteró el viernes el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres.

«No podemos seguir entregando la ayuda eludiendo a los talibanes. Si queremos que sea eficaz, tenemos que involucrar al gobierno de alguna manera», dijo el exrepresentante de la ONU en Afganistán, Kai Eide.

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