La masacre de Orlando reabre debate sobre armas

Las autoridades de EE.UU. continúan la investigación sobre los motivos de la peor matanza con armas de fuego en este país, en medio del rechazo mundial por la tragedia en la que perdieron la vida 49 personas que asistían a una «noche latina» en una discoteca gay en Orlando.

El presidente Barack Obama llegó a declararse cada vez más «frustrado» con el Congreso estadounidense por la ausencia de medidas legislativas «de sentido común» para controlar la venta y posesión de armas de fuego.

Al iniciar hoy la jornada en Wall Street, sin embargo, los grandes fabricantes de armas de EE.UU. subían con fuerza: las acciones de Sturm Ruger & Company ganaban un 7,46 %, mientras que las de Smith & Wesson crecían un 6,31 %.

Vínculo con EI no está confirmado

El presunto autor de los hechos, Omar Seddique Mateen, nacido hace 29 años en Nueva York de origen afgano y que murió por disparos de la Policía, juró lealtad al grupo terrorista Estado Islámico (EI) en sus conversaciones telefónicas con los negociadores policiales durante las tres horas que permaneció dentro del club nocturno con una treintena de rehenes, según informó la Policía.

Además, por segunda vez, el EI reivindicó, a través de su emisora de radio Al Bayan, la matanza, que calificó de «incursión de seguridad» en una «concentración de cruzados», y señaló que Mateen era un «soldado del califato». El FBI reconoció este lunes que había investigado durante 10 meses, entre 2013 y 2014, al homicida, por su posible vinculación con grupos terroristas y analiza ahora dos viajes que Mateen realizó a Arabia Saudí.

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