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Último detenido por crimen de carabinera era el más peligroso, según la Justicia

Este viernes se realizó la formalización del último implicado en el asesinato de la carabinera Rita Olivares, ocurrido la madrugada del pasado domingo en la comuna de Quilpué, en la Región de Valparaíso.

Se trata de Cristian Rodríguez (25 años), apodado «el Mono», sujeto que manejaba el automóvil en que se trasladaban los delincuentes que perpetraron el robo al domicilio que antecedió al crimen de la sargenta (ascendida póstumamente a suboficial mayor).

Su arresto se produjo la mañana del jueves en Quillota por parte de personal de la Brigada de Homicidios de la Policía de Investigaciones (PDI).

Al igual que sus compañeros de banda, Rodríguez fue formalizado por asociación ilícita, homicidio consumado, tres homicidios frustrados -respecto de otros tres carabineros que estaban en este operativo- y porte ilegal de arma de fuego.

El Juzgado de Garantía de Quilpué decretó la prisión preventiva y ordenó su ingreso al Centro de Cumplimiento Penitenciario (CPP) de Valparaíso a cumplir la medida cautelar.

«No es un hecho casual. No es una persona que momentáneamente o alguien de una aplicación que desconociendo el hecho le pidieran un transporte; se coordinan, programan y llevan elementos y alguien tiene que manejar el vehículo. Todos iban con la intención de robar y de herir a cualquiera que se opusiera más allá«, expuso en la audiencia la fiscal a cargo del caso, Mónica Arancibia. 

«Huyen y mientras espera está el imputado, quien el vehículo policial se pone por el frente y de alguna manera trata de impedir la huida, pero el imputado, con un impacto de bala en su pierna izquierda, justamente la pierna que queda más expuesta por el lado del conductor, trata de huir y hace toda esta situación en la que finalmente todos los imputados logran huir», agregó la persecutora.

El juzgado aceptó la tesis de la fiscal respecto del dolo común, en el que todos tenían el mismo objetivo de disparar en contra de los policías que desarrollaron el operativo.

También estableció que, al estar resguardando el entorno exterior del lugar del robo, «el Mono» tenía mejores condiciones para poder percutar tiros que el resto de la banda e, incluso, que el sujeto reviste un mayor rango de peligrosidad que sus otros compañeros de delito, al haber logrado un mayor éxito en su ocultamiento, pese a que, además, era el único sospechoso que resultó baleado en el operativo.

La jueza Paula Millon acreditó que «se logra apreciar en las imágenes de video que es el vehículo policial el que se interpone de alguna manera en el tránsito o en el paso del vehículo que estaba esperando retirarse con esto sujetos y, por tanto, es una de las personas que, de acuerdo a la versión del imputado que declaró, precisamente se encuentra en la mejor situación de disparar o evitar aquello, porque todo eso ocurrió precisamente a su vista, a sus ojos y en la esfera de resguardo que esta persona tenía».

«Si alguien tiene mayor control sobre lo que ocurrió en el exterior de su domicilio, es precisamente el chofer del vehículo motorizado que es interceptado por el vehículo policial y que se encontraba presto para la huida», razonó la magistrada.

El miércoles quedaron en prisión preventiva tres de los otros seis detenidos por su participación en el crimen. El Juzgado de Garantía determinó esta medida cautelar contra Miguel Acevedo Tauda, Luis Martínez-Conde Riesco y Elizabeth Soto Soto -sindicada como encubridora- debido a que los delitos que se les acusa son de «máxima gravedad» y son considerados un peligro para la sociedad.

En tanto, los otros tres involucrados en el crimen, Edward Fuenzalida Leiva, Maximiliano Fuenzalida Leiva y Matías Peralta Parra, regresaron a la cárcel para cumplir penas pendientes -aún de larga duración- tras fugarse en 2021. A estos sujetos, además, se les sumarán sanciones por quebrantamiento.

Para este caso se dieron cinco meses de investigación, dado la gran cantidad de delitos que se imputan.

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